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Los tres sacerdotes de «Red de Redes» se toman «muy poco en serio a sí mismos, pero muy en serio el Catecismo»

«La nulidad matrimonial no es el 'divorcio' por la Iglesia»

¿Qué motivos hay para que un matrimonio sea declarado nulo? ¿Cómo sabe la Iglesia que una boda ha sido válida? Los 3 sacerdotes de «Red de Redes» responden desde el canal de Youtube de la ACdP

«¿La nulidad matrimonial es el divorcio por la Iglesia?». Con esta pregunta arranca el último capítulo de Red de Redes, el programa de catequesis para adultos producido por la ACdP y protagonizado por los sacerdotes influencers Jesús Silva, Patxi Bronchalo y Antonio María Domenech. Un espacio de evangelización online, que aborda con humor y cercanía cuestiones relativas a la vida cristiana y cuyo éxito les ha valido superar las 250.000 visualizaciones en menos de un año, contando sólo con sus videos de 15 minutos en Youtube.

En cada capítulo, los tres presbíteros explican el Magisterio eclesial respecto a un tema concreto, «tomándose muy poco en serio a sí mismos, pero muy en serio el Catecismo de la Iglesia», explican. Y en este caso, lo hacen en torno a un asunto tan complejo como el de las nulidades matrimoniales, que no abordan solo desde la teoría, sino también a través de la experiencia del padre Domenech, quien durante años ha participado en los procesos de nulidades en la diócesis de Cuenca.

El propio Domenech –cuya cuenta en redes es @sotanarural– arranca explicando que «una nulidad matrimonial no es el divorcio por la Iglesia, y tampoco es que se disuelva el matrimonio, sino que se reconoce que nunca hubo matrimonio».

Y recurre a un gráfico ejemplo, que conoce bien como sacerdote rural: «Imaginemos que una persona se muere y sus herederos venden la parcela. Tú la compras y es tuya. Ahora imaginemos que esa persona no se ha muerto, pero que los herederos la han vendido y tú pagas y la compras. Entonces vas a un juez, y te das cuenta de que la venta ha sido nula, que en realidad no ha habido venta: tú tienes que devolver el campo y a ti te tienen que devolver el dinero». Pues lo mismo ocurriría en el caso de una nulidad matrimonial.

Un símil que matiza el padre Jesús Silva: «No es que se deshace la venta, sino que se reconoce que esa venta en realidad nunca existió, y por tanto no puede tener efecto, porque los herederos no podían disponer de esa parcela». Y aclara Silva: «Nulidad no es lo mismo que anulación; porque anulación es que algo que sí ha sucedido, la Iglesia lo anula», mientras que «nulidad es reconocer que algo nunca sucedió: los novios se casaron, fueron a la iglesia, pronunciaron unas palabras, el cura les dio la bendición, hubo banquete, (incluso puede que haya habido hijos), pero no hubo sacramento, porque hacen falta una serie de circunstancias y condiciones para que el matrimonio sea válido».

Las 3 preguntas clave

Esas circunstancias son, como explica el padre Domenech, tres. Y las tres forman parte del compromiso que dicen asumir los esposos. «Hay 3 preguntas que el sacerdote hace a los novios, antes de la boda», explica el sacerdote. «La primera, si vienen libre y voluntariamente. Porque hay situaciones en las que la persona no va libremente: va forzada por la situación, o porque están esperando un niño y creen que tienen que casarse obligatoriamente. Y aunque la gente crea que eso no pasa en el siglo XXI, sí pasa».

La segunda, prosigue «es saber si estás dispuesto a vivir con esa persona para siempre. La palabra técnica es indisolubilidad. Es decir, que no quieres disolver esa unión de techo, lecho y pecho, o sea, que vivimos en la misma casa, dormimos en la misma cama, y vamos en la misma dirección».

Y la tercera pregunta, como aclara el sacerdote de la diócesis de Getafe Patxi Bronchalo, «es si están dispuestos a recibir amorosamente los hijos que Dios quiera enviarles, y su educación. Porque aunque dicen que sí, a veces saben que no van a tener hijos naturalmente, porque van a poner los medios para impedirlos, o porque ya los han puesto».

Preguntas con respuesta

A lo largo del capítulo van apareciendo otra serie de preguntas: Cuando una persona se casa, pero con la intención de ser infiel una vez se haya casado, ¿ese matrimonio es nulo? ¿Hay personas que están incapacitadas para casarse? ¿Por qué motivos? ¿Se puede interrumpir una boda, cuando sabes que los esposos no deberían casarse por motivos graves? ¿De qué medios dispone la Iglesia para saber que una pareja está realmente preparada para casarse con plena madurez?

La respuesta a todas estas preguntas aparece, de forma meridiana y sin perder la sonrisa, en los escasos 18 minutos que dura el último capítulo de Red de Redes.