Si eres sacerdote, este es el país donde es más probable sufrir un secuestro
En 2023 desaparecieron 28 presbíteros en esa región, y 4 más en lo que llevamos de año
Ser sacerdote o monja es, en ocasiones, una profesión de alto riesgo. Existen numerosos países en el mundo –casi todos ellos con regímenes comunistas o de mayoría musulmana– donde la intransigencia religiosa se traduce en una persecución implacable contra los fieles y sus pastores. Secuestros, agresiones, marginación, trabas de todo tipo, palizas o incluso la muerte aguardan a los cristianos que tratan de vivir su fe en naciones como Pakistán, Afganistán, Azerbaiyán, Nicaragua, Irán, China o India.
Pero hay un país africano –que siempre figura en los listados de naciones donde se cometen las mayores aberraciones contra la libertad religiosa– que encabeza el número de secuestros contra miembros del clero o de la vida religiosa: Nigeria. En lo que llevamos de año, cuatro sacerdotes han desaparecido y, en 2023, 28 más fueron raptados. El padre Basil Gbuzuo ha sido su última víctima: el día 15 de mayo fue llevado a la fuerza por integristas islámicos y se desconoce su paradero, según un comunicado que la archidiócesis nigeriana de Onitsha ha remitido a la organización benéfica católica Ayuda a la Iglesia Necesitada y que ha recogido Zenit.
Comisión de EE.UU. sobre Libertad Religiosa
Si vives en uno de estos ocho países, no podrás practicar la fe cristiana
Los otros tres sacerdotes secuestrados este año (dos misioneros claretianos y un párroco de la archidiócesis de Benin) ya han sido liberados. Pero otros tres clérigos secuestrados en el país entre 2019 y dos en 2022 siguen desaparecidos.
El arzobispo Valerian Maduka Okeke, de Onitsha, ha pedido a «todos los fieles de Cristo y todos los hombres y mujeres de buena voluntad a orar fervientemente por la liberación rápida y segura del sacerdote, mientras intensificamos nuestros esfuerzos para garantizar su libertad». En una carta que ha enviado a toda su diócesis, el prelado insta a «encomendar a nuestro hermano a la poderosa intercesión de la Santísima Virgen María, Madre de los sacerdotes, para su pronta liberación de las manos de sus secuestradores».