El odio contra cristianos en India no cesa: «Los ataques van en aumento»
La ley anti conversión se emplea para cercenar la libertad de culto e imponer el hinduismo
Los cristianos de la India «no pueden profesar, practicar y propagar su fe en libertad, como consagra la Constitución, a causa de las injerencias, intimidaciones y atrocidades» que provocan los fundamentalistas hindúes, según ha denunciado el obispo de Lucknow, monseñor Gerald Mathias. Según ha explicado el prelado indio a Asia News, «el número de ataques contra los cristianos y sus reuniones de culto va en aumento». La excusa que esgrimen los integristas hindúes siempre es la misma: incitar a sus correligionarios a convertirse al cristianismo.
Los últimos en sufrir las iras de los radicales han sido cuatro cristianos, entre ellos un pastor evangélico, que fueron arrestados hace unos días en un pueblo del distrito de Moradabad, en Uttar Pradesh. La Policía inició una investigación sobre el hecho después de las denuncias de activistas de dos organizaciones hinduistas. Según ha reconocido un oficial de la Policía, «la ley anti conversión se utiliza con crudeza y a menudo se detiene a personas, especialmente a pastores, con acusaciones falsas». «Los fundamentalistas van por ahí como vigilantes para perturbar las congregaciones o las conferencias religiosas. Gente inocente languidece en las cárceles. Es inaceptable», ha lamentado.
Comisión de EE.UU. sobre Libertad Religiosa
Si vives en uno de estos ocho países, no podrás practicar la fe cristiana
No es el único caso. A principios de mes, una treintena de personas que participaban en un encuentro de oración organizado por una comunidad evangélica en una casa particular fueron acusadas, nuevamente, de «conversiones forzadas» y arrestadas en Bharatpur, en el estado de Rajasthan.
Además, un diputado cristiano ha denunciado el caso de un obispo protestante y de los directores de cinco escuelas cristianas, entre ellos un sacerdote católico, que se encuentran desde el 27 de mayo pasado en la cárcel acusados de cobrar «gastos exorbitantes» a los alumnos de sus escuelas.