Fundado en 1910
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El padre Sullivan, en su quinto y último día pedaleando por los Pirineos

La hazaña pirenaica de un cura americano de 63 años para becar a sus alumnos

El sacerdote Jim Sullivan recauda cerca de 200.000 dólares durante una extenuante ruta ciclista de cinco días y casi 600 kilómetros entre España y Francia

Al padre Jim Sullivan, rector de la basílica de la Inmaculada Concepción en Waterbury (Connecticut, Estados Unidos) le gusta esforzarse físicamente, pero la carrera ciclista de cinco días y 588 kilómetros del «Círculo de la Muerte» en los Pirineos ha sido «lo más desafiante físicamente» que ha hecho en su vida. «Una vivencia intensa, pero también muy estimulante», ha reconocido el padre Sullivan al National Catholic Register. «Y fue una experiencia de profunda oración; probablemente la más profunda que he tenido desde que me ordené sacerdote», ha añadido.

Entre el 1 y el 5 de julio pasados, el padre Sullivan, de 63 años, se unió a otros 200 ciclistas aficionados que comenzaron a pedalear en Pau (Francia) la mítica carrera que recorre once picos de los Pirineos por España y Francia. Lo de «Círculo de la Muerte» fue el nombre que le puso hace más de un siglo Octave Lapize, el ganador del Tour de Francia de 1910, que llegó a llamar «asesinos» a los organizadores de la misma. Se ve que las empinadísimas ascensiones le sirvieron de inspiración.

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El sacerdote, agotado, posa sonriente con la medalla que le acredita como participante en la durísima pruebaPicasa

El sacerdote americano no se embarcó en esta aventura pirenaica por simple afición. En su mente había una motivación muy clara: sus estudiantes y las familias de la academia católica de Waterbury, de los cuales casi la mitad necesitan una beca para proseguir sus estudios. «La misión de nuestra escuela es verdaderamente católica», señala.

No es la primera vez que acude a una carrera: comenzó a acudir a competiciones ciclistas en 2015, y a cambio le pedía a sus conocidos que aportasen donativos para su escuela. Funciona: este verano ha recaudado más de 175.000 dólares, y espera superar los 200.000 en los próximos días. El año pasado, por ejemplo, él y otros 10 sacerdotes pedalearon desde Torrington, Connecticut, a Emmitsburg, Maryland, donde santa Isabel Ana Seton, la primera santa estadounidense, fundó la Escuela San José, una pionera en el sistema escolar parroquial estadounidense. «Creo que es bueno que la gente vea que su sacerdote está dispuesto a hacer este esfuerzo físico», asegura.

Muy impresionados

El padre Sullivan era el único sacerdote de esta carrera. «Cuando el grupo se enteró y vio que lo hacía por una causa, varios de los ciclistas –tres en particular–, me dijeron: 'Quiero ayudarte'», explica. Entre ellos había un ejecutivo británico y el director general de una empresa financiera que le dijeron: «Estoy muy impresionado de que esté aquí y de que esté haciendo esto por los niños de su escuela».

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El sacerdote, junto a otros competidores hace unos díasPicasa

«Mi madre compartió la pasión del ciclismo conmigo, cuando tenía 14 años», confesó el sacerdote. «Y, por supuesto, cuando era niño, pensaba: ‘Bueno, si mi madre puede hacerlo, yo también puedo’». Se ordenó sacerdote tarde, en 2014, después de años en el negocio de la construcción, y decidió integrar el ciclismo en su ministerio. «¿Por qué no participo en una carrera ciclista para recaudar fondos para la escuela?», pensó. Y eso hizo. Pero el ciclismo no ha sido la única prueba que ha emprendido para recaudar donativos: en 2022 cruzó a nado el Mar de Galilea (Israel) con sus alumnos en mente como motivación.

Seis horas pedaleando

En esta ocasión, el sacerdote de 63 años ha pedaleado a lo largo de cinco días por los Pirineos en jornadas que duraban de seis a siete horas. Llegó en el pelotón de los 25 últimos ciclistas en cruzar la línea de meta, pero llegó. «El momento me evocó la segunda carta de San Pablo a Timoteo: 'He terminado la carrera; he conservado la fe'». El Republican-American , un periódico local de Waterbury, brindó una cobertura diaria de su recorrido, además de aparecer en sus redes sociales. Esto provocó que cientos de personas quisieran solidarizarse con el padre Sullivan y su proyecto, y los donativos se dispararon.

«Hoy en día, los hombres necesitan ver a otro hombre que se esfuerza al máximo. Fuimos creados para más, no para menos. Fuimos creados para la vida», concluye el sacerdote.

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