Benedict Kiely, el cura que trabaja en tierra hostil: «Los cristianos estaban ahí mucho antes que el Islam»
Una conversación en un campo de refugiados le haría ver a este sacerdote la vocación de su vida: dedicarse por entero a los cristianos perseguidos
hace más de 2.000 años se pronunció una frase que aún sigue estando viva: «Bienaventurados vosotros cuando os insulten y os persigan y os calumnien de cualquier modo por mi causa. Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo» (Mt 5,11). No es fácil encontrar alegría en la persecución, pero en el corazón de las tierras donde nació el cristianismo hay una persona que trabaja incansablemente por devolver la esperanza a miles de cristianos perseguidos: Benedict Kiely. Este sacerdote del Ordinariato Anglicano de la Iglesia católica romana ha hecho de su vida una misión dedicada a apoyar a las familias cristianas de Irak y Siria, ayudándolas a permanecer en sus hogares a pesar de la persecuciones.
Con el firme propósito de defender «el Cuerpo sufriente de Cristo», Kiely no se ha limitado a la oración y la palabra, sino que ha fundado Nasarean.org, un apostolado que ofrece apoyo concreto a los cristianos perseguidos a través de donaciones. Desde microfinanciación para pequeñas empresas en estos países hasta la creación de centros de oración, el trabajo de Kiely ha tenido un impacto profundo en las vidas de muchos. En una entrevista concedida a The European Conservative, este cura profundiza en sus motivos para dedicarse a tiempo completo a 'dar una segunda vida' a los cristianos y así puedan permanecer en sus lugares de origen.
«Una llamada dentro del llamado»
Benedict Kiely comenzó su labor humanitaria desde muy joven. Su preocupación por los perseguidos se despertó durante su infancia, cuando se sensibilizó con la situación de los cristianos en países comunistas. A lo largo de los años, su compromiso se materializó en diversas formas de ayuda, desde la elaboración de pulseras hasta la recolección de fondos para los necesitados.
El momento decisivo para Kiely llegó en agosto de 2014, cuando el avance de la yihad en Irak y Siria amenazó la existencia de la misa en Mosul, un hecho sin precedentes en 2000 años. Este evento lo impulsó a trasladarse al país en 2015, donde, cerca de las líneas del Estado Islámico, encontró su verdadera vocación en un campo de refugiados: «Un sacerdote me dijo que tenía una 'llamada dentro del llamado', para servir a los perseguidos», declara en la entrevista.
Así nació Nasarean, la cual no es solo una organización benéfica que ofrece ayuda material, es «una empresa espiritual, fundada y arraigada en la oración, con la oración como eje central», subraya Benedict. Este apostolado, que busca prosperar mediante la financiación de empresas familiares tiene un doble propósito, con ambas partes igualmente importantes: la ayuda y la defensa de los cristianos perseguidos en todo el mundo, pero con un enfoque particular en Medio Oriente, la «cuna del cristianismo», como lo define Kiely.
10.000 dólares y apoyo espiritual
En Nasarean, la microfinanciación de pequeñas empresas familiares es una estrategia clave para ayudar a los cristianos perseguidos a permanecer en sus países de origen. Con una inversión de aproximadamente 10.000 dólares, se facilita la creación de negocios familiares, lo que permite a estas personas evitar la dependencia de la caridad y la emigración: «Es una alegría increíble saber, por ejemplo, que en sólo ocho años hemos apoyado a más de cuarenta empresas en Irak». En Siria, la organización ha capacitado a numerosas mujeres en peluquería para que puedan iniciar sus propios negocios, así como en Armenia, donde las han instruido en sastrería y costura.
El impacto de Nasarean se extiende más allá de Irak, llegando también a Siria, Líbano, Egipto y Armenia. En estas regiones, la organización ha apoyado la creación de empresas familiares, proporcionando a cientos de cristianos un futuro en sus patrias ancestrales. En Qaraqosh, por ejemplo, han financiado un pozo que permitió la floreciente expansión de una granja familiar en pleno desierto.
Además, Kiely ha promovido la creación de santuarios dedicados a María, Madre de los perseguidos, siempre aprobados y bendecidos por el obispo, como centros de oración para apoyar espiritualmente a los cristianos y «para enfrentar las persecuciones que se avecinan», declara.
Los cristianos de Occidente necesitan despertar ante la realidad de la persecuciónSacerdote fundador de Nasarean
El «martirio blanco» de los cristianos
El cristianismo enfrenta hoy una persecución sin precedentes, comparable solo con las épocas de la Iglesia primitiva o «desde la intensa persecución de los nazis y los comunistas», cuenta el sacerdote. La persecución varía en intensidad. Kiely enfatiza que aunque no siempre se llega al extremo de la muerte, muchos cristianos enfrentan el «martirio blanco», donde pierden empleos o lidian con restricciones legales por su fe, como se observa en Inglaterra y Finlandia.
El sacerdote pone de relieve que, para apoyar a los cristianos perseguidos, la oración debe ser una práctica diaria y prioritaria: «Los cristianos de Occidente realmente necesitan despertar ante la realidad de la persecución y apoyar a nuestros hermanos ahora, porque si los olvidamos, ¿qué pasará cuando necesitemos su ayuda?», remarca. También subraya la importancia de cuestionar a los legisladores sobre políticas de comercio y ayuda internacional que afectan a estos grupos, como la venta de armas a países con historial de persecución.
Asistir a organizaciones benéficas activas, como Nasarean, es crucial para brindar asistencia directa a los afectados: «Apoyar a Nasarean.org y visitar nuestro sitio web ayuda a los cristianos en sus tierras nativas (las tierras santas por donde caminaron Jesús y sus discípulos) no solo a sobrevivir, sino a prosperar», concluye el sacerdote.