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El arzobispo de Burgos a su llegada ayer a Covadonga

El arzobispo de Oviedo a su llegada ayer a CovadongaEl Fielato

Sanz manda un sutil mensaje a los políticos: «Enseñar al que no sabe es una obra de misericordia»

El arzobispo de Oviedo presidió un año más la festividad de Nuestra Señora de Covadonga con la elocuente ausencia de autoridades civiles

Las máximas autoridades asturianas dieron ayer domingo la espalda al arzobispo de Oviedo, monseñor Jesús Sanz Montes, durante la celebración de la tradicional misa en honor de Nuestra Señora de Covadonga que se celebra con motivo del Día de Asturias en el santuario. Ni la delegada del Gobierno en el Principado, Adriana Lastra, ni el presidente de la comunidad autónoma, el también socialista Adrián Barbón, se hicieron presentes en la ceremonia después de haber azuzado la polémica en las últimas semanas, llegando a tildar de «ultraderechistas» algunos mensajes del prelado.

Pese a su ausencia, los políticos se llevaron algunas de las pullas del arzobispo al final de su homilía. «Enseñar al que no sabe es una obra de misericordia. Dado que algunos están empeñados en enseñarme a predicar, intentaré mejorar y ser niño aplicado», ironizó monseñor Sanz en su homilía, a la vez que añadió que «parece que no son suficientes mis dos licenciaturas y un doctorado para superar esta reválida de los que jalean en ruedas de prensa o en cartas abiertas con vaselina protocolaria». «Sinceramente, no hace falta que me enseñen cómo se hace una homilía o que sincronizadamente pretendan censurármela desde el conocido género tan manido del fango ultraderechista de marras», apuntó el prelado, quien aseguró que «bien sé yo que este púlpito no es una tribuna para debates políticos, ni el palenque de la arenga mitinera, ni la barra de un chigre donde se habla un poco de todo». «Este púlpito no tiene detrás unas siglas políticas aunque algunos se empeñen en ponerlas, sino un juicio moral que nace de la Palabra de Dios y de la tradición cristiana. Aquí no hablamos de indultos, de cupos, de amnistías, de impuestos turísticos, ni de los bulos de los que quieren gobernarnos por bulerías», enfatizó el arzobispo de Oviedo.

«Un autentico espectáculo»

Pero monseñor Sanz no centró su homilía en las desavenencias políticas. «Hasta aquí han acudido estos meses pasados varios grupos de jóvenes que son nuestra esperanza. El encuentro de más de 600 jóvenes asturianos el primer sábado de mayo, o los 2000 que acudieron de toda España en las jornadas eucarísticas y marianas de comienzo de julio, o los más de 1600 que vinieron de Europa acabando ese mes», destacó. «Es un auténtico espectáculo de belleza y bondad ver a tantos chicos y chicas con su jovialidad sana expresando con inmensa alegría sus convicciones cristianas, con la madurez probada y fortalecida en estos tiempos revueltos de persecuciones varias, con la creatividad audaz que apunta maneras en un futuro sin tacha», prosiguió. «No son mojigatos pacatos en sus reboticas acomplejadas, sino jóvenes de su tiempo que logran unir su edad desenfadada con la solidez de su testimonio frente a tantas frívolas parafernalias», añadió el prelado.

«Ver a estos miles de jóvenes subir a Covadonga es una ráfaga del aire puro y fresco que nos llena de confianza al ver sus rostros iluminados por una pureza no impostada, dibujando un horizonte sin acechanzas, y ver incluso cómo queda Covadonga tras el paso de miles de chicos y chicas entre 15 y 25 años con un orden y limpieza nada comparable al campo de suciedad y basura de otras concentraciones no lejanas con motivo de eventos musicales, deportivos o populares», concluyó.

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