El proyecto incluye la restauración de toda la piedra de sus fachadas exteriores, consolidándola, limpiándola y quitando las reintegraciones de mortero de cemento de intervenciones pasadas, en los tres niveles que la componen y en sus cuatro fachadas. Precisamente, la gran porosidad de la piedra presente en la torre, una arenisca de la localidad de Escúzar, permitió una construcción ágil al pesar poco y ser fácil de tallar, sin embargo, con el paso del tiempo esta cualidad ha sido su mayor enemiga, al mostrarse vulnerable a la acción del viento, el frío o las heladas.