Posee una curiosa historia detrás. En los años 40, quince mineros se quedaron atrapados en una mina. Le prometieron a Dios que, si los rescataba, le construirían un monumento. Poco después, cuando todo parecía perdido, pudieron salir a la superficie sanos y salvos. Les llevó varias décadas cumplir su promesa, pero la colosal escultura de 33 metros se inauguró en 1996