Munilla defiende el derecho «a acompañar pastoralmente a personas con inclinaciones homosexuales»
Señala que las «terapias de conversión» son «un 'constructo ideológico' del marxismo» para impedir a la Iglesia la atención a los gays
Tras la denuncia presentada ante el Ministerio de Igualdad contra siete diócesis «acusadas» de practicar «terapias de conversión» con personas homosexuales, el obispo de Orihuela-Alicante, monseñor José Ignacio Munilla, ha salido a defender el derecho de la Iglesia a acompañarlas, «ayudándolas a vivir la virtud de la castidad». En sus redes sociales, el prelado ha aclarado que «lo que llaman 'terapia de conversión', en realidad, no existe». «Es tan solo un 'constructo ideológico' del marxismo para impedir a la Iglesia acompañar pastoralmente a las personas con inclinaciones homosexuales, ayudándoles a vivir la virtud de la castidad», denuncia.
Monseñor Munilla pone en evidencia, además, a «quienes defienden la libertad para cambiarse de sexo –hormonas y cirugías incluidas–» y, a la vez, «prohíben a los homosexuales solicitar libremente lo que ellos califican como 'terapia de conversión'». «Resulta irónico», sentencia, a la vez que subraya que se trata de «una demostración palmaria de que no creen en la libertad, de la que tanto alardeaban; además de ser una prueba más de la falta de libertad religiosa que estamos padeciendo».
Los que han denunciado a las siete diócesis con el asunto de las «terapias de conversión» se refieren en realidad a distintas iniciativas pastorales surgidas en entornos de la Iglesia que buscan acompañar y atender a católicos con tendencias homosexuales a vivir conforme a las enseñanzas del Magisterio. En algunos casos se ha tratado de charlas que han impartido libremente algunas personas que llevaron un estilo de vida homosexual y que, después de un proceso de conversión personal, decidieron abandonarlo para tratar de vivir en continencia y entrega a Dios y a los demás.
También han surgido distintos grupos donde se reúnen personas con tendencias homosexuales para crecer en la fe y apoyarse mutuamente, que son atendidos por sacerdotes y religiosos que les acompañan, como hacen con otros numerosos grupos de la Iglesia.