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Los obispos peruanos, al concluir el viernes su asamblea ordinaria
Los obispos de Perú muestran su cercanía a las víctimas del Sodalicio y del cardenal Cipriani
«Compartimos el dolor de las víctimas y sus familiares, y una vez más expresamos nuestro pesar a quienes no se han sentido debidamente acompañados», afirman
La 128º asamblea ordinaria de los obispos de Perú se ha celebrado mientras las aguas bajaban muy revueltas en la Iglesia del país. Dos hechos han copado todos los titulares: la disolución del Sodalicio de Vida Cristiana, un grupo religioso nacido en Perú en el siglo XX, y las recientes revelaciones de los abusos sexuales que habría cometido el cardenal Juan Luis Cipriani, ex arzobispo de Lima.
Sobre el primer tema, los prelados peruanos han lamentado «profundamente que algo tan terrible haya sucedido en la Iglesia en el Perú». «Agradecemos a quienes, con valentía y perseverancia, han hecho posible que los abusos sufridos salgan a la luz y los obispos hayamos ido tomando conciencia de los mismos», reconocen.
«Compartimos el dolor de las víctimas y sus familiares, y una vez más expresamos nuestro pesar a quienes no se han sentido debidamente acompañados por nosotros al no saber las gestiones que desde esta Conferencia Episcopal veníamos haciendo ante la Santa Sede desde hace varios años», subrayan.
Los prelados también agradecen al Papa Francisco «por el envío de monseñor Scicluna y monseñor Bertomeu, que le ha permitido tomar la decisión final de disolver al Sodalicio de Vida Cristiana».Respecto al cardenal Cipriani, los obispos peruanos han lamentado en otro comunicado «el dolor sufrido por la víctima de abusos y por la comunidad eclesial», y han pedido respeto a «la voluntad de la víctima de permanecer en el anonimato». Pese a sentirse «apenados» por las acusaciones que incumben al purpurado, los prelados han reconocido «la sabia decisión del Santo Padre al unir en ella la justicia y la misericordia, de aceptar que deje el ministerio episcopal del arzobispo emérito de Lima al cumplir los 75 años, y de imponerle algunas limitaciones ministeriales», prosiguen. Y concluyen su mensaje con una solicitud: «Pedimos a todo el Pueblo de Dios que ofrezca oraciones por el denunciante, por el cardenal Juan Luis Cipriani y por la Iglesia, para que sea espacio seguro, donde vivir la reconciliación».