Uno de los ejes principales de la intervención ha sido la bóveda de cañón, cuya estructura y revestimientos habían sufrido alteraciones significativas. La restauración ha devuelto la estabilidad al conjunto, respetando sus materiales originales y garantizando su conservación a largo plazo. Del mismo modo, se han intervenido las pinturas murales, cuya policromía y trazados decorativos han sido reintegrados con el máximo rigor técnico, preservando su autenticidad y profundidad iconográfica. Especial atención ha requerido la recuperación de las pinturas sobre lienzo del cabecero, donde encontramos a María Magdalena y la Virgen con el Niño en sus brazos y, como obra central, una versión de María con su prima santa Isabel viendo jugar al Niño Jesús y San Juanito, bajo la tierna mirada de Dios Padre. Estas obras presentaban daños por humedad y oxidación de barnices.