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3. «Nunca terminen el día sin hacer la paz» «Discusiones de pareja. Es habitual y sucede que el esposo y la esposa discuten, alcen la voz, se peleen. Y que a veces vuelen los platos, pero no se asusten cuando sucede esto, les doy un consejo, nunca terminen el día sin hacer la paz» (Cracovia, 6 de octubre de 2016). Así se dirigió a los jóvenes el Papa en la Jornada Mundial de la Juventud de Polonia. Hablando sobre el matrimonio en un tono amable y divertido que despertó la risa en varias ocasiones. «¿Y saben por qué?», siguió preguntando el Papa. «Porque la guerra fría al día siguiente es muy peligrosa. ‘Y, ¿cómo tengo que hacer Padre, para hacer la paz?’, puede preguntar alguno de ustedes. No hace falta un discurso, basta un gesto y se acabó, ya está hecha la paz. Cuando hay amor, un gesto arregla todo». 4. «No se dejen robar la alegría» «No se dejen robar la alegría ¿Qué es lo que no se tienen que dejar robar? [Los chicos: ¡La alegría!] Que nadie se las robe, que nadie los engañe, no se dejen robar la esperanza, ¿Qué es lo que no se tienen que dejar robar? [Los chicos: ¡La esperanza!] La alegría y la esperanza. ¡Todos! [Chicos: ¡la alegría y la esperanza!] (Bogotá, 11 de septiembre de 2017) Este fue el diálogo que mantuvo con los jóvenes que esperaban al Papa Francisco en la Nunciatura Apostólica, en Bogotá, entre los que se encontraban muchachos rescatados de la calle y las drogas. 5. «Las fake news nacieron en el Génesis» «Se ha de desenmascarar la que se podría definir como la ‘lógica de la serpiente’, capaz de camuflarse en todas partes y morder. Se trata de la estrategia utilizada por la ‘serpiente astuta’ de la que habla el Libro del Génesis, la cual, en los albores de la humanidad, fue la artífice de la primera fake news» (Enero de 2019). Esta es la lectura que el Papa ofrecía en el Mensaje para la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, 2018, en pleno estallido de manipulaciones facilitadas por redes sociales. Esa primera «fake news» «llevó a las trágicas consecuencias del pecado, y que se concretizaron luego en el primer fratricidio y en otras innumerables formas de mal contra Dios, el prójimo, la sociedad y la creación», afirmaba el Papa pidiendo un compromiso concreto para evitar la difusión de noticias falsas y a restaurar la dignidad del periodismo. 6. «Una Iglesia en salida» «exige una conversión misionera» «Una Iglesia en salida hasta los últimos confines exige una conversión misionera constante y permanente. Cuántos santos, cuántas mujeres y hombres de fe nos dan testimonio, nos muestran que es posible y realizable esta apertura ilimitada, esta salida misericordiosa, como impulso urgente del amor y como fruto de su intrínseca lógica de don, de sacrificio y de gratuidad» (Vaticano, 9 de julio de 2019). Este fue el mensaje del Papa para la Jornada Mundial de las Misiones, en el que pidió que durante el mes de octubre de 2019 se viviera un «mes misionero extraordinario». Una manera para imprimir la conversión que hoy necesita la Iglesia. 7. «El Papa 'enjaulado' en la Biblioteca» «Es un poco extraña esta oración del Ángelus de hoy, con el Papa 'enjaulado' en la Biblioteca, pero yo los veo, y les estoy cercano» (Vaticano, 8 de marzo de 2020) Era el día del primer Ángelus del Papa Francisco recitado en vivo y en video, desde la Biblioteca del Palacio Apostólico, poco antes del inicio del confinamiento impuesto por la pandemia del Covid-19. Esta frase la pronunció al inicio de la conexión. Luego, al final, el fuera de programa: el Papa salió a ver por la ventana del Palacio Apostólico para bendecir la Plaza de San Pedro. Aún no se sabía, pero esa Plaza, en el curso de los meses, se volvería vacía y silenciosa. 8. «El extremismo, traición a la religión» «Desde este lugar que es fuente de fe, desde la tierra de nuestro padre Abrahán, afirmamos que Dios es misericordioso y que la ofensa más blasfema es profanar su nombre odiando al hermano. Hostilidad, extremismo y violencia no nacen de un espíritu religioso; son traiciones a la religión. Y nosotros creyentes no podemos callar cuando el terrorismo abusa de la religión» (Llanura de Ur en Iraq, 6 de marzo de 2021) Al dirigirse a los líderes interreligiosos iraquíes, Francisco condenó la violencia que ha flagelado ese país en los últimos años y pidió amistad y cooperación entre los representantes religiosos. «Nos corresponde a nosotros resolver con claridad los malentendidos. No permitamos que la luz del Cielo se ofusque con las nubes del odio», afirmó. 9.«No seáis esclavos del móvil» «Hoy necesitamos jóvenes verdaderamente ‘transgresores’, no conformistas que sean esclavos del móvil, sino que cambien el mundo como María, llevando a Jesús a los demás, cuidando de los otros» (20 de noviembre de 2022). Durante su visita a la ciudad italiana de Asti, el Papa Francisco lanzó su encarecido mensaje a los jóvenes: «Levantarse y ponerse en marcha: no quedarse quieto y pensar en uno mismo, desperdiciando la vida persiguiendo la comodidad o la última moda, sino apuntar hacia arriba, ponerse en marcha, salir de los miedos para tender la mano a los necesitados». 10. Benedicto XVI, «es un hombre de Dios» «Queremos decir juntos: ‘Padre, en tus manos encomendamos su espíritu’. Benedicto, fiel amigo del Esposo, que tu gozo sea perfecto al oír definitivamente y para siempre su voz» (Vaticano, 5 de enero de 2023). Con estas palabras el Papa Francisco puso su broche de oro a la homilía en el funeral de Joseph Ratzinger. Cuatro días antes, concluía el año con estas palabras dirigidas a su predecesor: «Con emoción recordamos su persona tan noble, tan amable. Y sentimos tanta gratitud en el corazón: gratitud a Dios por haberlo dado a la Iglesia y al mundo; gratitud a él, por todo el bien que ha realizado, y sobre todo por su testimonio de fe y de oración, especialmente en estos últimos años de su vida retirada. Sólo Dios conoce el valor y la fuerza de su intercesión, de sus sacrificios ofrecidos por el bien de la Iglesia».

El Papa Francisco, en una imagen de archivoGTRES

Iglesia

El secreto mejor guardado del buen humor del Papa Francisco

La alegría ha sido una constante de su pontificado desde Evangelii Gaudium, «la alegría del Evangelio»

La alegría ha sido una de las constantes que ha marcado el pontificado del Papa Francisco. Lo ha sido en su celebrada espontaneidad frente a la prensa o a aquellos que le trataban, pero también en su magisterio: no en vano, la primera exhortación apostólica de su pontificado, Evangelii Gaudium, significa literalmente «la alegría del Evangelio».

En el décimo aniversario de este texto, en noviembre de 2023, Francisco confirmaba así el núcleo de su pensamiento en este sentido: «¡El Evangelio no es una ideología, es un anuncio de alegría!», insistía a los congregados en la plaza de San Pedro, recordándoles que «las ideologías no saben sonreír». Frente a los católicos «con cara de bacalao», el Papa Francisco recordaba que «un cristiano infeliz, triste, insatisfecho –o, peor todavía, resentido y rencoroso– no es creíble».

Toda una declaración de intenciones que él siempre trató de encarnar en primera persona, y para lo cual tuvo siempre un ‘arma secreta’. Se trata de un pequeño ritual que reveló en algunas ocasiones elegidas –por ejemplo, en un encuentro con humoristas en junio del año pasado–, y que consistía en rezar cada día la oración de santo Tomás Moro para pedirle a Dios sentido del humor.

Con buen humor

«Es una gracia que pido todos los días, porque me hace tomarme las cosas con buen humor», señaló ante los cómicos. En el libro-entrevista Dios es joven, publicado en 2018, el Papa Francisco señalaba que el sentido del humor es «fundamental», porque «cuando estamos de buen humor, es más fácil convivir con los otros y con nosotros mismos». Parafraseando a Chesterton, el pontífice recordaba: “La vida es una cosa demasiado seria como para tomársela seriamente».

El maestro de Francisco en estos menesteres, el citado santo Tomás Moro, lo sabía perfectamente. Su vida no fue sencilla, y terminó siendo ejecutado por el rey Enrique VIII por no traicionar su conciencia. Moro hizo todo ello luchando por no perder nunca el buen humor, algo que queda muy bien reflejado en la fantástica película Un hombre para la eternidad.

Como muestra, un botón en el que incidía en una carta dominical el arzobispo de Barcelona, Juan José Omella: al dirigirse al cadalso, santo Tomás Moro pidió que le ayudaran a subirse, porque «bajar ya lo haré yo solo». También ha quedado para la posteridad que, mientras recogía su barba antes de que le cortaran la cabeza, decía al verdugo: «Mi barba no ha ofendido al rey y, por lo tanto, no se debe cortar».

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