
Cardenales de la Iglesia católica
Estos son los 133 cardenales que elegirán al próximo Papa
Tras las bajas del español Antonio Cañizares y del cardenal bosnio Puljic, se reduce a 89 el número de electores necesarios para elegir al nuevo Pontífice
Un colegio cardenalicio más internacional que nunca, compuesto por 133 cardenales electores que representan comunidades católicas tan dispares entre sí como lo son Estado Unidos de Mongolia, o Sudán del Sur de Myanmar, pasando por lugares tan difíciles de ubicar en el mapa como Tonga, Mongolia, Sri Lanka, Cabo Verde o Timor Oriental.
De ese conjunto de hombres de Iglesia, que han prometido dar su vida y su sangre por Cristo y por el Evangelio –de ahí que los cardenales vistan de color púrpura, y no del habitual morado de los obispos–, saldrá el nuevo Papa llamado a regir la Barca de Pedro más de dos mil años después de que aquel pescador de Galilea recibiese de Jesús Resucitado su primado sobre el resto de los apóstoles.
89 votos necesarios
Para ello, al menos 89 de ellos tendrán que ponerse de acuerdo en un nombre, puesto que las normas del cónclave exigen una mayoría de dos tercios de los cardenales electores. Un voto menos que el que se exigía hace sólo unos días, después de que en las próximas horas hayan sido dos los cardenales que hayan anunciado que renuncian a participar por motivos de salud: el español Antonio Cañizares y el bosnio Vinko Puljic.
También ha quedado fuera del cónclave el cardenal italiano Angelo Becciu, que si bien cumple los requisitos formales para participar por ser menor de 80 años, fue apartado de todas sus funciones cardenalicias por el Papa Francisco después de que un tribunal lo condenase por irregularidades financieras en un caso de compraventa fraudulenta de un inmueble londinense.Mayoría «francisquista»... pero no tanto
El perfil de cardenal elector es sumamente variado en su procedencia, en su línea pastoral e incluso en su edad. Sin embargo, hay un factor mayoritario: según las estadísticas facilitadas por la Santa Sede, del total de cardenales electores, el 80 % (108) han sido creados por Francisco, 22 por Benedicto XVI y sólo 5 por Juan Pablo II.
Una vertiente francisquista que, no obstante, no tendría por qué decantar la elección hacia un Pontífice que siga a pies juntillas la línea del fallecido Papa.
En cambio, sí puede tener un gran peso la participación de un número muy amplio de cardenales no occidentales, capaces de ver y trasladar realidades, potencias y necesidades de la Iglesia católica –que, etimológicamente, significa «universal»–, diferentes a las que han marcado las prioridades de los últimos cónclaves.
El «espejismo» de Europa y América
Un buen ejemplo de ello es que, al analizarlo por continentes, sólo el 40 % de los cardenales electores son europeos (53 en total), e incluso entre ellos hay una disparidad notable, pues algunos provienen de países tradicionalmente católicos, como España (6), Polonia (4) o Italia (17), mientras otros lo hacen de países culturalmente protestantes, como Reino Unido (3) o de mucha menor población, como Luxemburgo (1).
Tras los europeos, los 37 cardenales americanos representan el 27,4 % del total. Sumados a los europeos podría parecer que occidente tiene una amplia mayoría en el cónclave, pero se trata de un espejismo. Basta caer en la cuenta de que entre los cardenales americanos hay una enorme diferencia, pues 17 provienen de Hispanoamérica, 16 de América del Norte (4 canadienses, 10 estadounidenses y 2 mexicanos) y 4 de Centroamérica. Y resulta llamativo que países tan secularizados como Uruguay tengan 1 elector, mientras que uno de los países con mayor número de católicos del mundo, como es México, sólo tenga 2.
Asia y la sorpresa africana
Los 23 cardenales asiáticos suponen un 17 % del cónclave, aunque difícilmente pueden entenderse como un bloque homogéneo, pues representan a casi una veintena de países diferentes. Y, más allá de sus distintas procedencias nacionales, el factor de mayor peso puede ser que llegan al cónclave desde de tradiciones culturales y una presencia católica tan distinta como la que la Iglesia tiene en Japón, India, Mongolia o Timor Oriental.
Así, por ejemplo, mientras que China e India podrían ser similares en población total, sólo hay un elector chino por 4 indios. Y, al mismo tiempo, Filipinas aporta 3 electores a pesar de tener un 80 % de población católica, y Japón aporta 2, con un porcentaje de católicos del 0'34 % de su población.
Llamativo resulta el hecho de que, a pesar de que el 20 % de los católicos del mundo están en África, los 18 cardenales africanos sólo representan el 13,3 % del colegio cardenalicio. Aunque también esta infrarrepresentación puede esconder una sorpresa: si bien en lo cuantitativo los electores africanos podrían no resultar, en apariencia, tan relevantes; algunos de los purpurados del negro continente gozan de una gran autoridad y relevancia, como los casos de los cardenales Sarah, Turkson o Ambongo.
Durante las congregaciones generales previas al cónclave, su voz será escuchada con especial atención por sus hermanos purpurados, y aunque ninguno salga elegido nuevo Papa, sí pueden llegar a influir mucho en el número de votos en torno a un cardenal concreto.
La frase profética de Benedicto XVI
Cierran la composición del colegio cardenalicio los electores de Oceanía. 4 en total, es decir, el 3 % del cónclave, aunque entre ellos sean, también, tan dispares como sus países de origen, pues aportan un voto cada uno: Australia, Tonga, Nueva Zelanda y Papúa Nueva Guinea.
El mundo entero aguarda la decisión conjunta de estos 133 hombres. Dios, Aquel hacia el que deben llevar las almas que les han sido encomendadas, hará el resto. Porque, como escribía Benedicto XVI en su segundo tomo de Jesús de Nazaret, con una frase que resultaría profética para entender el final de su pontificado y todo lo que vendría después, «a Dios la Historia nunca se le va de las manos».