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Juliasse Sandramo, en el campo de refugiados de MeculaneACN

Cristianos perseguidos

Nuevo atentado yihadista contra cristianos al norte de Mozambique: «Hay mucho miedo»

El obispo de la diócesis de Pemba, Juliasse Sandramo, ruega al mundo que no se olvide de los cristianos de la región mozambiqueña de Cabo Delgado

Tras un mes de relativa paz, un grupo terrorista ha atacado la región de Cabo Delgado, al norte de Mozambique. Todavía no se conoce el número de fallecidos, ni de secuestrados, que ha dejado el ataque. Lo que sí se sabe es que desde el 23 de junio ha habido más de seis agresiones contra poblados cristianos en la misma zona.

Los últimos se han producido en los distritos de Ancuabe y Chiúre, y según afirma Ayuda a la Iglesia Necesitada, confirman el cambio en el modus operandi del grupo terrorista autodenominado Provincia de Mozambique del Estado Islámico.

Las actividades de terroristas en la región comenzaron en 2017 con ofensivas a gran escala. Llegaron incluso a tomar ciudades en Cabo Delgado, pero ahora tienden a atacar a grupos más pequeños, los poblados cristianos; que les facilita la infiltración y el saqueo de los asentamientos.

«Nos encontramos en un periodo muy confuso, con nuevos ataques que se extienden a la región sur de la diócesis, mucho pánico y mucha incertidumbre», explica el actual obispo de la diócesis de Pemba, António Juliasse Sandramo en su último mensaje a Ayuda a la Iglesia Necesitada.

Iglesia destruida en Mocímboa da PraiaACN

El gobierno ha reforzado la presencia militar en la zona y está proporcionando protección a los convoyes a lo largo de las carreteras principales; pero testigos locales –que pidieron mantenerse en el anonimato– han informado a ACN que el ejército también ha sufrido bajas. «No solo han sido decapitados civiles, sino también soldados; pero resulta muy difícil obtener información más precisa», explican.

Sandramo, que tomó posesión de la diócesis a finales del mes de mayo, pide al mundo que no se olvide de la difícil situación en que se encuentran los mozambiqueños. "Tenemos parroquias prácticamente destruidas, sacerdotes que viven situaciones difíciles porque han tenido que abandonar sus misiones con las manos vacías. Los niños, los ancianos y otras personas están muy necesitados; de todo esto no podemos ocuparnos nosotros solos”. En algunos lugares se ha aconsejado a los misioneros que se retiren a zonas más seguras, explica el obispo.

Mozambique es un país mayoritariamente cristiano, menos la zona norte del país, donde los musulmanes son más numerosos. Muchos de los desplazados internos no son cristianos. Sin embargo, incluso allí donde es minoría, la Iglesia ha sido un foco de ayuda y estabilidad para todos los afectados por la violencia en las regiones del norte. «Las parroquias y las comunidades religiosas siguen siendo espacios de ayuda. Están presentes cuando llegan las personas, las acogen, les ofrecen comida, refugio, asistencia espiritual y apoyo psicosocial», cuenta Sandramo.