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Una mujer reza frente a la imagen de Jesucristo en la catedral de Matagalpa el pasado 5 de agostoAFP

Cristianos perseguidos

La Policía de Nicaragua prohíbe una procesión de la Virgen de Fátima

La imagen de la Virgen que iba a salir a las calles de Managua es una réplica de Nuestra Señora de Fátima traída de Portugal

La archidiócesis de Managua, en Nicaragua, había convocado para este sábado 13 de agosto una procesión con la imagen peregrina de la Virgen de Fátima, pero este viernes ha informado de que finalmente la Policía no ha autorizado la salida, en un nuevo capítulo de roces del Gobierno del presidente de Daniel Ortega con la Iglesia católica nicaragüense.

«La Policía Nacional nos ha comunicado que por motivo de seguridad interna no se permite el desarrollo de la procesión programada para las 07.00 horas del 13 de agosto», ha explicado la diócesis, encabezada por el cardenal nicaragüense Leopoldo Brenes.

Esa actividad estaba planificada en ocasión del Congreso Nacional Mariano, que comenzó el domingo pasado, y con final de la peregrinación de la imagen de la Virgen de Fátima en Nicaragua, en donde ha permanecido 30 meses.

«Nos encontraremos a las ocho de la mañana para el ingreso procesional en el atrio de Catedral de la Imagen de Nuestra Señora de Fátima, rezar el Santo Rosario y participar a continuación en la misa, la que será presidida por el señor arzobispo, cardenal Leopoldo Brenes y todo el clero diocesano», aseguró la declaración de la diócesis. La procesión convocada para mañana con la imagen de la Virgen de Fátima iba a salir del colegio Cristo Rey hasta el atrio de la Catedral de Managua, en un recorrido de unos dos kilómetros.

La Virgen traída de Portugal

Una réplica de la imagen de la Virgen de Fátima, traída desde su Santuario en Portugal, llegó a Nicaragua en enero de 2020 como parte de una intensa jornada de oración por la paz y la unidad en este país centroamericano.

La réplica portuguesa de la Virgen de Fátima, que peregrinaría por Nicaragua durante 18 meses para conmemorar el Año Jubilar Mariano, desde el 25 de enero al 25 de julio de 2021, ha permanecido en el país por 30 meses. La imagen llegó a Nicaragua en medio de una crisis sociopolítica que estalló en abril de 2018, de la que el Ejecutivo de Daniel Ortega ha responsabilizado, entre otros, a los obispos locales.

La prohibición de la procesión con la imagen de la virgen de Fátima se da en medio de una serie de acciones del Gobierno sandinista contra la Iglesia católica nicaragüense, que incluye la investigación al obispo Rolando Álvarez, a quien la Policía Nacional acusa de intentar «organizar grupos violentos» y lo mantiene sitiado y retenido en un Palacio Episcopal desde hace nueve días junto a otros cuadro sacerdotes y cinco laicos.

Además se ha producido el cierre de ocho radioemisoras católicas, la exclusión de la programación de la televisión por suscripción de tres canales católicos, el ingreso a la fuerza y allanamiento a una parroquia y la expulsión del país de las Hermanas de la Caridad.

El presidente Ortega ha tildado de «terroristas» a los obispos nicaragüenses que actuaron como mediadores de un diálogo nacional con el que se buscaba una salida pacífica a la crisis que vive el país desde abril de 2018.