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Archiduque Imre de Habsburgo-Lorena en el 24 Congreso de Católicos y Vida PúblicaCEU

Congreso de Católicos y Vida Pública

El Archiduque Imre de Habsburgo-Lorena llama a «redescubrir» el alma cristiana de Europa

El presidente de European Fraternity participó en el 24º Congreso Católicos y Vida Pública recordando el legado de su bisabuelo, el beato Carlos I de Austria

Cuando el Archiduque Otto de Habsburgo-Lorena volvió a Europa de su exilio en EEUU, lo primero que vio desde la ventana del avión fue una pequeña ciudad con una iglesia en el centro. «No era un banco, no era un centro burocrático: la descripción de mi tío abuelo me parece una visión muy hermosa de lo que es Europa», describía el Archiduque Imre de Habsurgo-Lorena este domingo durante su participación en el 24º Congreso Católicos y Vida Pública, organizado por la Asociación Católica de Propagandistas (ACdP) y la Fundación CEU.

El ponente abordó en el evento el papel de los cristianos en una Europa –dijo– que atraviesa «una profunda crisis de identidad». Bisnieto del último emperador y Rey de Austria-Hungría, el beato Carlos I, y de su esposa, la Sierva de Dios Zita de Borbón-Parma, el Archiduque Imre reconoció los logros de la Unión Europea –especialmente en relación a la paz en el continente–, pero criticó la eliminación de las referencias a Dios y el legado cristiano en las negociaciones sobre la Constitución Europea.

«Los valores cívicos son importantes, pero no suficientes», lamentó, y añadió que «el proyecto europeo parece olvidar el espíritu de sus padres fundadores». El Archiduque criticó la visión «puramente humanista» del hombre, que olvida lo espiritual y se plasma en muchos ámbitos, desde la política a las redes sociales. Imre de Habsburgo-Lorena insistió en que Europa no puede entenderse sin sus raíces, y que «hoy es más esencial que nunca redescubrir el alma europea».

El legado del ‘Emperador de la Paz’

El también presidente de European Fraternity recordó el legado de su bisabuelo, el beato Carlos I de Austria, para quien -dijo- «el éxito de una vida no depende tanto de los éxitos de este mundo, sino de nuestra voluntad de entregarnos a Dios como instrumentos imperfectos, pero fieles». El Archiduque recordó el título de Emperador de la Paz recibido por su bisabuelo, y destacó que su vida «sigue siendo un modelo para muchos cristianos laicos, como padre, como hombre de familia y como hombre con responsabilidades».

Imre de Habsbugo-Lorena recordó los intentos del beato Carlos por frenar la I Guerra Mundial, así como su exilio y su vida matrimonial, «auténticamente cristiana, tanto en los momentos de alegría y confort material como en los momentos de pobreza, dolor y rechazo». El Archiduque también tuvo un gesto con nuestro país: «Mi familia -dijo- sigue estando muy agradecida a España», porque acogió a su bisabuela tras la muerte de su marido.

Para el ponente, la vida de su bisabuelo marca el camino a los cristianos de hoy en día, enfrentados a una crisis antropológica. «El obstáculo más grande para la actual ola ideológica somos los cristianos, por nuestra fe y la realidad que sostenemos sobre la persona humana», aseguró, y dio varias claves de actuación para los cristianos: desde un firme arraigo en Cristo a través de la oración hasta el desarrollo de una comunidad sólida en la que sostenerse.

Clausura del congreso

El director del Congreso Católicos y Vida Pública, Rafael Sánchez Saus, clausuró el evento citando al escritor colombiano Nicolás Gómez Dávila, quien loó la «insolencia» de las propuestas del cristianismo. «Esa insolencia que ha desafiado durante siglos los excesos del racionalismo es la misma que ha brillado estos días», aseguró, y celebró «la inmensa y maravillosa tradición que permite mirar con optimismo a cualquier futuro».

J. Masip, A. Bullón de Mendoza y R. Sanchez SausCEU

Por su parte, el presidente de la ACdP y la Fundación CEU, Alfonso Bullón de Mendoza, recordó el mensaje del papa Francisco al inicio del congreso -«Nos exhortaba a que fuéramos audaces contra la cultura del descarte», dijo- y agradeció a todos los involucrados en el congreso su participación. «Pienso -añadió- que estos días la fe se ha hecho cultura -ha sido acogida, pensada y fielmente vivida-, y solo así la fe se puede convertir en legado».