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María Victoria Álvarez, especialista en nulidades matrimoniales, en España y en Cuba

Cómo declarar nulo el matrimonio por la Iglesia, según la última reforma del Papa Francisco

La abogada María Victoria Álvarez, canonista en España y Cuba, aclara a El Debate la realidad de la anulación del matrimonio por la Iglesia, el proceso y la reforma que el Papa Francisco ha acometido

La nulidad matrimonial es un tema desconocido para los católicos. La finalidad de una causa de nulidad matrimonial no es rescindir un matrimonio, sino verificar el valor de un vínculo conyugal. No se trata de anular sino de declarar la nulidad de ese vínculo. María Victoria Álvarez, abogada canonista en España y Cuba, nos explica de una forma clara y sencilla este tema.

  • Qué es la nulidad matrimonial

La nulidad no es un divorcio. Cuando te casas, haces un contrato matrimonial y la Iglesia exige unos requisitos para que exista ese contrato. Por eso, se trata de demostrar que falta un requisito de los que exige la Iglesia para que haya matrimonio.

Cuando una persona se casa con otra que tiene una adicción puede llegar a no valorar lo que suponeMaría Victoria Álvarez

  • La labor del abogado

Cuando firmas un contrato tienes que saber lo que estás firmando y te exigen unas condiciones. Con la nulidad, igual. Un ejemplo muy común es el querer tener hijos. La Iglesia, para que haya matrimonio, exige que se quiera tener hijos. Pero si tú no quieres, ese matrimonio puede llegar a ser nulo. Es decir, falta un elemento esencial.

  • ¿Cuál es la causa más común de anulación del matrimonio?

Las adicciones incapacitan para el matrimonio. Un adicto siempre va a poner la adicción por encima de su mujer, de su familia y de los niños. Entonces, cuando alguien se casa con una persona que tiene una adicción, puede llegar a no valorar lo que supone ese problema.

Ahora, se están diagnosticando muchos trastornos de la personalidad y eso también influye en el matrimonio, porque convivir con una persona que tiene un trastorno es bastante complicado. El matrimonio no es una varita mágica. Nadie cambia de la noche a la mañana por ponerse un anillo y emitir un consentimiento matrimonial.

Cuando se promulgó el Motu proprio de Francisco, hubo una avalancha en los tribunalesMaría Victoria Álvarez

  • La reforma de Francisco facilita el proceso de nulidad.

Las nulidades se solicitan en el obispado o en el tribunal del obispado al que pertenezca. Porque mucha gente identifica la unidad con la Rota. Antes se necesitaba para el proceso de nulidad dos sentencias. Es decir, la de primera instancia, por ejemplo, en la diócesis, y luego iba al Tribunal Superior, que en este caso era la Rota. Se necesitaban dos sentencias conformes. El Papa Francisco ha eliminado eso. Es decir, ahora presentas la nulidad en tu tribunal de origen de domicilio, al que perteneces por domicilio, se hace el proceso y ya en esa primera sentencia tienes tu nulidad matrimonial.

La nulidad es para quien quiere recuperar su vida en la IglesiaMaría Victoria Álvarez

  • Tras la reforma, el incremento en las peticiones de nulidad.

Cuando se promulgó el Motu proprio de Francisco en 2015, hubo una avalancha de los tribunales. Se multiplicaron las causas. Además, el Papa dijo que se hicieran las sentencias en un año, que fueran lo más baratos posible.

La nulidad al final es una cuestión de fe. Siempre lo digo: el que es ateo, o le da igual la Iglesia, no necesita la nulidad. La nulidad es para quien quiere recuperar su vida en la Iglesia.

  • ¿Qué sucede cuando uno de los dos cónyuges no quiere anular el matrimonio?

No se trata de pedir la nulidad al otro cónyuge porque no depende del otro concederla o no. Se trata de demostrar que falta alguno de los requisitos necesarios para que haya un matrimonio. Después, son los jueces quienes deciden en favor o no de la nulidad. Puedo estar de acuerdo o no con la nulidad, de acuerdo o no con los hechos que se cuentan, pero yo voy a declarar. Entonces te llaman a declarar incluso si es necesario hacer una pericia psicológica. Y yo me someto a la justicia, a la pericia. Pero no implica sobre todo gasto económico que muchos dicen yo colaboro, pero que no me cueste; no implica un gasto de dinero, no supone ningún gasto en ninguna, sino que es una colaboración.

  • ¿Quién aporta los testigos?

La parte que demanda siempre tiene que llevar testigos y aportar pruebas para solicitar esa nulidad. Hay tribunales que, sometiéndose a la justicia del tribunal, no admiten testigos. Y hay otros que sí. Pero la parte que demanda siempre respecto a la prueba psicológica, pues depende del capítulo o la causa. Cuando se alega una falta de capacidad a la hora de decidir, o una falta de capacidad a la hora de asumir las obligaciones del matrimonio, hacen falta pruebas psicológicas siempre.

  • ¿Qué sucede con los hijos?

Independientemente de que el matrimonio sea válido o sea nulo y que sus padres tengan otras nuevas parejas, el hijo es de su madre y de su padre; hay que hacérselo entender y que no se les va a dejar de querer. La mejor manera de dar la noticia es siendo sinceros y adaptando la información a la edad de cada hijo.

La nulidad ayuda a ver los errores que se han cometido en ese matrimonioMaría Victoria Álvarez

María Victoria Álvarez, Monseñor Oropesa ( diocesano de Toledo) con el Obispo de Cienfuegos

María Victoria Álvarez, una canonista entre España y Cuba

–¿Cómo hace para no empatizar en exceso con los demandantes? ¿O empatiza?

​–Es verdad que hay gente que llega ya como divorciado, hace muchísimos años que tiene una segunda familia, que se ha casado por lo civil, que ya tiene hijos... Entonces es más fácil tratar el caso porque han pasado muchos años, la persona ya se ha reestructurado afectivamente y quiere volver a casarse por la Iglesia. Quiere recuperar su vida sacramental. Yo hago una entrevista personal sin límite de tiempo; intento hacer una acogida para que se sientan lo más cómodo posibles, porque claro, me van a contar cosas que les va a doler, pero que yo necesito saber para encontrar qué ha pasado en su matrimonio. Intento escucharles, actuar como psicólogo. La nulidad también les ayuda a ver los errores o no que se han cometido en ese matrimonio. Así que yo intento acogerles y escucharles sobre todo y hacerles entender lo que ha pasado, porque muchas veces no entienden lo que ha pasado, y luego lo agradecen, porque –claro–, el cariño que les tiene su familia no les hace hablar tan sinceramente.

–¿Por qué eres también canonista en Cuba?​

​–Como soy jueza del Tribunal de Cuba, monseñor Domingo Oropesa, sacerdote originario de Toledo, pues se puso en contacto conmigo. Entonces dijo que había matrimonios en su en su diócesis que había que arreglar, porque en Cuba, antes de llegar nosotros, sólo había dos tribunales en toda la isla, el de La Habana y el de Santiago. Constituimos un tribunal. Yo hablé con una serie de sacerdotes que me acompañaron en esto, porque claro, una sola consigo misma no puede hacer un tribunal, necesita un vicario judicial que tiene que ser sacerdote. Entonces me puse en contacto con tres compañeros míos de Derecho Canónico que seguimos juntos en este proceso y constituimos un tribunal.

–¿Y qué problemas te encuentras en Cuba?

–Allí hay una realidad completamente distinta allí; estamos hablando de un país comunista, una dictadura, que el catolicismo ha estado desaparecido y perseguido. Es verdad, no con violencia, pero sí con aislamiento, pues desde que llegó prácticamente Fidel, desde hace 50 años. El catolicismo es una más entre todas las realidades religiosas.

Sorprendentemente, el catolicismo se ha saltado una generación. Es decir, estaban las abuelas, los hijos y los nietos. La generación de los hijos se lo ha saltado precisamente por Fidel. Los nietos viven la fe gracias a sus abuelos, así que el que es católico y se casa tiene mucha conciencia de lo que hace. Cuando el matrimonio sale mal por distintas circunstancias, hay un concepto de matrimonio que es comunista.

En este sentido, estamos ayudando a la gente en eso. El proceso sigue igual que aquí en España, porque el derecho de la Iglesia es universal e igual en España que en Europa, que en Cuba, que en Latinoamérica, que en África.
–Cuba es un país muy complicado

–Es verdad que Cuba es un país muy complicado. No es fácil viajar porque el transporte público está muy mal y la gente no tiene coches, así que vamos nosotros. Cuando quiera tomar, declara, nos cogemos la impresora ordenador en mano con Monseñor Domingo, nos contrata un transporte y allí vamos donde haya que ir a hacer las declaraciones.