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Matilde Latorre de Silva

¿Será el día de la madre o de la marmota?

Las madres somos un gremio con tan mala fama, que en el último estudio quedamos segundas por delante de narcos, dentistas y Putin

Los previos al día del padre y de la madre eran insoportables, no era buena con las manualidades, así que, sin posibilidad de tener, vía de escape… llegaba el día del collar de macarrones.

Pero la vida siempre te da un toque, un girito cómico que hace que recojas cable, porque ahora la madre eres tú y la cara de asombro, felicidad y orgullo por el cenicero de barro, el marco de lana, la manita de colores, han llegado a tu casa para destrozar la decoración del hogar.

¡Lo mejor en estos casos de avalancha hand made es recurrir al amigo sueco y sus estanterías impronunciables, no hay casa que aguante tanto regalo, por ser la mejor madre del mundo. Cuando una cree que son mayores y no hay ya nada que temer, aparece el «vale por»: «vale por un bolso» «vale por unas sandalias» «vale por un viaje a Japón» y ese fue el detonante de mi ira materna el día de la madre 2022.

No se puede tener más desfachatez e ir más de sobrado, ¿un viaje a Japón? ¿perdona? Si no habéis podido comprarme ni un ramo de margaritas de «la Pruden» que cuesta 5 euros, es mi gitana favorita y su puesto de ajos, claveles, cebollas y margaritas es gloria bendita y cada mañana me da subido ese: «Mati rubita, que le linda que vas ¿quieres ajos?», y esa estrategia no falla, en una frase, se ha hecho la carrera de publicidad y marketing.

Volviendo al tema, yo como madre que Dios me ha dotado de un sexto sentido en referencia a los hijos, lo estoy viendo venir, «vale para un crucero por la costa amalfitana», he ido a reservar «la Pruden» un ramito, para regalármelo el domingo y es un «boom» en su cara. Las madres somos un gremio con tan mala fama, que en el último estudio quedamos segundas por delante de narcos, dentistas y Putin.

Amigas ¡revolución! Vamos a salir a la calle a reivindicar nuestras múltiples virtudes, como la de agentes secretos de la CIA, sabemos que, donde y quien están nuestros hijos, nosotras no preguntamos, confirmamos. Y es que nuestros retoños son como el parte meteorológico en Almería en pleno mes de agosto, muy predecibles, por eso este año me he adelantado, no sea que me quede con cara de idiota y mente de asesina. Las madres también tenemos la capacidad de avergonzar a nuestros hijos, como sea y a la edad que sea, y no lo hacemos mal por eso del amor que les tenemos, pero no os confiéis hijos…tenemos más de 7 GB de memoria.