Tras el mostrador de una tienda religiosa: «Vendemos cosas de Dios»
«Llegamos hace siete años providencialmente, no solo para hacer ventas, sino para hacer un servicio a la Iglesia», afirma el encargado de la tienda Salve
Hoy vamos hasta la calle de Bordadores, que toma nombre del antiguo gremio dedicado a este oficio. Concretamente nos centramos en una pequeña pero llamativa tienda de artículos religiosos llamada Salve. Su encargado, Pedro García, nos recibe con gran simpatía.
Salve nace de la asociación de dos tiendas de artículos religiosos: ZaraSanta, ubicada en Zaragoza, y del taller de arte religioso Salmerón, ubicado en Ciudad Real. «Tenemos a la cabeza de ZaraSanta a Daniel, un chico joven que tenía el sueño de abrir una tienda de artículos religiosos en Madrid y para hacer ese proyecto se asoció con nuestros primos Salmerones, que son Óscar y David. Se asociaron y pudieron montar este gran casi imperio», afirma Pedro.
Ante este desconcertante origen, lejano a la capital y entre ambos negocios nos preguntamos cómo se conocieron: «Se conocían porque ZaraSanta ya pedía artículos religiosos como varales, cetros, tronos de pasos. Al parecer hubo un diálogo entre ellos, 'yo quiero poner una tienda a Madrid', 'yo también'. Pues mira, nos asociamos. Fue una cosa muy espontánea y providencial».
–¿Qué vendéis en esta tienda?
–Desde artículos religiosos como pueden ser imágenes, restauración (porque todos tenemos un niño Jesús al que le falta un dedo), casullas, sotanas, camisas para sacerdotes, orfebrería para las iglesias, cositas para las parroquias y cofradías un poquito en general de todo. Y bueno, solemos tener el cliente de tienda, pero también por teléfono, por WhatsApp y online.
–¿Cuál es el artículo más vendido?
–Pues ahora mismo el artículo, en esta época del año, más vendido es el Rosario, porque no solo sirve para rezarlo, sino que también sirve de regalo, de souvenir. 'Mira, te lo he traído de Madrid' y se lo dan a su madre, su padre, a su abuelo...
–¿Cuál es el artículo más caro de la tienda?
–Pues mira, el artículo más caro de la tienda no lo tengo aquí, me explico, nosotros también vendemos retablos. Un retablo no cabe aquí, en esta tienda pequeñita. Tenemos talleres, como pueden ser los talleres de Salmerón, en Ciudad Real, o los de ZaraSanta, en Zaragoza, allí tenemos naves donde sí se pueden ver en exposición.
Un retablo corriente puede como 50.000 eurosEncargado de Salve
–¿Cuánto puede llegar a costar?
–Un retablo, el más corrientito; en pan de oro, con columnas salomónicas en estilo así como más barroquito, de cinco metros por 20 metros para una iglesia, te puede costar unos 50.000 o 60.000 €.
–¿Cuáles son los clientes más habituales?
–Juan y Jesús, que son mis vecinos, vienen todos los días a vernos y a estar con nosotros. Muchas veces compran que si unas pastitas de las monjas, que si un rosario, que si un vinico para consagrar para regalárselo al párroco, alguna imagen...
–¿Cuántas personas suelen pasar por la tienda a lo largo de un día?
–Eso depende de la época del año. Tenemos dos campañas: la de Navidad y la de Semana Santa. En Navidad y en Semana Santa pueden entrar en la tienda más de mil personas cada día, pero ahora, más en verano, pues unas 100 personas.
–¿Cuántas de las personas que os visitan realmente son clientes?
–Hay gente que viene a curiosear, ve esto y aquello, vienen a ver nuestra tienda. Llama la atención porque es como muy barroca, muy andaluza y exuberante. Entonces llama mucho la atención, sobre todo a los turistas. Entran, miran, lo mismo compran una estampita de La Macarena o algo así, pero normalmente de los 100, por ejemplo, al día que pueden entrar en verano, la mitad, unos 50, compran algún peluseito como yo le llamo, que es un rosarito, una estampa, una medallita. Otros, pues lo mismo preguntan, curiosean, pero vienen otro día. Yo digo que se siembra todos los días . Lo mismo el que no compra hoy compra dentro de una semana o dentro de un año.
–¿Podrías definir al comprador habitual?
–El comprador habitual tiene ahora mismo tres perfiles distintos: el más cofrade que quiere comprar hábitos, más en Semana Santa, las medallas, los capirotes. Está el habitual de todos los días, que es un rosario, una estampa, una medalla o el sacerdote que quiere una camisa o una sotana.
Intentamos hacer no sólo una venta en frío, como si vendiéramos un chorizoEncargado de Salve
–¿Cuál y cómo es la competencia en el sector?
–Normalmente aquí en el centro de Madrid estamos unas cinco o seis tiendas. La competencia es leal y desleal. Depende del estilo de persona que la lleve. Nosotros, por ejemplo, intentamos hacer no sólo una venta en frío, como si vendiéramos un chorizo. Nosotros vendemos cosas de Dios; intentamos tener un diálogo con el cliente, intentamos orientar si no tenemos nosotros el producto para que lo compre en otras tiendas, porque esa es la riqueza de la tienda de artículos religiosos. Hay algunos que son competencia más desleales. Por ejemplo, hay una tienda a la espalda mía que, estando nosotros especializados en costales de Semana Santa y capirotes, allí dicen que aquí no hay, o le preguntan por Pedro de Salve: 'No, aquí no hay nadie'. Sin embargo, tenemos abajo el apostolado litúrgico, que si me falta a mí una casulla, voy, se lo pido, y si a ellas les falta algo, me vienen y me lo piden. Tenemos hermanos buenos y otros no tan buenos.
–¿Cuántas cofradías vienen a pediros artículos normalmente al año?
–En Cuaresma es el groso de ventas de cofradías, pero vienen a lo largo de todo el año, porque también hay cofradías de gloria, no solo de pasión. Sobre todo las cofradías de Madrid y de pueblos de la región son los que ahora mismo tienen muchísimas cofradías. Debo tener más de 200 cofradías y hermandades como clientes sólo de Madrid y su comunidad.
–¿Cuántas parroquias más o menos conocen que vengan a pedirles lo que necesiten?
–Clientes fijos: unas 3000 parroquias aproximadamente. Empezamos hace siete años y ya nos conocen en prácticamente toda España. Si no vienen aquí a Madrid nos lo compran por página web.
–¿Cuáles son las épocas fuertes?
–Es el previo a Semana Santa, la Semana Santa, Adviento y Navidad. Nuestro agosto, cuando más facturamos, son los dos meses antes de Semana Santa y dos meses antes de Navidad.
–Ahora con la JMJ, ¿habéis notado que vendéis más al ser cerca de aquí?
–No se ha notado gran diferencia, es más, incluso cuando era la JMJ de 2011 en Madrid tampoco notamos mucho la diferencia, ya que el público que viene es muy reducido y va a los actos, pero no viene a las tiendas. Seríamos nosotros quienes deberíamos de movernos un poquito y personarnos allí. Quizá viene algún párroco: 'Me gustaría, una vez estando allí, dar un Rosarito'. Bueno, pues sí, pero es como un goteo que se da todo el año, no sólo en esta época, quizás incluso menos.