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El ángel caído de Cabanel

¿Qué es la apostasía y quién fue el primer apóstata?

Santo Tomás dice: «Todo pecado consiste en la aversión a Dios. Y tanto mayor será un pecado cuanto más separa al hombre de Dios. Ahora bien, la infidelidad es lo que más aleja de Dios»

Según la Real Academia de la Lengua Española, apostatar es «la acción y efecto de apostatar», es decir, negar la fe de Jesucristo recibida en el Bautismo.

En el Código de Derecho Canónico, (c. 751) se definen tanto la apostasía como la herejía y el cisma:

  • «Se llama herejía a la negación pertinaz, después de recibido el bautismo, de una verdad que ha de creerse con fe divina y católica, o la duda pertinaz sobre la misma».
  • «Apostasía es el rechazo total de la fe cristiana».
  • «Cisma, el rechazo de la sujeción al Sumo Pontífice o de la comunión con los miembros de la Iglesia a él sometidos».

Ahora bien, la apostasía desde el punto de vista teológico se entiende como el pecado en su forma máxima. Santo Tomás afirma en la Suma Teológica que:

  • «La infidelidad como pecado nace de la soberbia, por la que el hombre no somete su entendimiento a las reglas de la fe y a las enseñanzas de los Padres», ( II-II,10, 1).
  • «Todo pecado consiste en la aversión a Dios. Y tanto mayor será un pecado cuanto más separa al hombre de Dios. Ahora bien, la infidelidad es lo que más aleja de Dios… Por tanto, consta claramente que el pecado de infidelidad es el mayor de cuantos pervierten la vida moral», (ib. 10,3).
  • «La apostasía es la forma extrema y absoluta de la infidelidad», (ib. 12, 1).

Por su parte, el Concilio Vaticano II, se refiere al ateísmo de masas como «un fenómeno nuevo en la historia» y advierte que «es uno de los fenómenos más graves de nuestro tiempo» (Gaudium et Spes 19a).

«La negación de Dios o de la religión no constituyen, como en épocas pasadas, –continúa el Concilio–un hecho insólito e individual; hoy día, en efecto, se presentan no rara vez como exigencia del progreso científico y de un cierto humanismo nuevo. En muchas regiones esa negación se encuentra expresada no sólo en niveles filosóficos, sino que inspira ampliamente la literatura, el arte, la interpretación de las ciencias humanas y de la historia y de la misma legislación civil».

Quién apostató primero

Lucifer, portador de luz, del latín lux (luz) y ferre (llevar); fue el ángel que se rebeló contra Dios, convirtiéndose en el primer apóstata, mediante la renuncia a la gloria a la que Dios le había llamado.

En el capítulo duodécimo del Apocalipsis de San Juan se narra una gran batalla en los cielos, provocada por Lucifer. Este ángel habría sido la mano derecha de Dios en el momento de la creación. Sin embargo, su soberbia y aspiración a ser como o incluso mejor que Dios, le condujo a rebelarse dando lugar a esta batalla en la que «un ejército de ángeles rebeldes» fueron derrotados por San Miguel y sus ángeles. El ángel caído fue «condenado a vivir en la tierra», aunque la tradición popular lo ubica en el infierno.