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Iglesia en la que trabajó Agustín Alcalá Henke

Mártires de Sevilla

Agustín Alcalá Henke: el religioso que fue asesinado por la espalda en el casino

Perteneció a varias hermandades y trabajó en varios templos. Su compromiso cristiano se podía apreciar en la dedicación que ponía en sus acciones y el trato que tenía hacia los trabajadores

Nació el 7 de junio de 1892 en Alcalá de Guadaira, Sevilla y fue bautizado el 19 del mismo mes en la parroquia de Santiago el Mayor. Estudió en un colegio privado hasta que en 1902 ingresó en el Colegio San Luis Gonzaga para realizar el bachillerato. Decidió estudiar Derecho realizando un curso preparatorio en Deusto, con los Jesuitas, y los años restantes en la Universidad de Sevilla.

Su vida se basaba en la actividad empresarial, la política y la colaboración con la iglesia, siempre bajo el denominador común de su compromiso cristiano. Agustín fue uno de los principales protagonistas en la expansión de la industria del aderezo de aceituna, participando en la fundación de empresas y llegando a ser presidente del Grupo de Exportadores.

Su colaboración con la Iglesia quedó patente en la protección a las conferencias de San Vicente de Paúl, donde se le conocía como el padre de los pobres. Perteneció a varias hermandades y trabajó en varios templos. Su compromiso cristiano se podía apreciar en la dedicación que ponía en sus acciones y el trato que tenía hacia los trabajadores.

Asesinato en el casino

La noche del 17 de julio de 1936, cuando Henke conversaba amigablemente en el casino frente a su casa, dos pistoleros le dispararon mortalmente por la espalda. Mientras lo trasladaban a Sevilla para intentar salvarle la vida, un sacerdote le administro los sacramentos. Encomendándose a Dios y perdonando a sus enemigos, falleció la mañana siguiente.

Su muerte causó una gran tristeza en la ciudad. El recuerdo de su figura quedo plasmado en actos públicos celebrados en el aniversario de su muerte. Se rotuló con su nombre una vía céntrica, en su casa natal fue colocada una lápida a su memoria. Además, se consagró una parroquia a san Agustín y se dio el mismo nombre a todo el barrio.

Nunca se encontró a los autores

El golpe militar y la difícil situación que se vivía en torno al conflicto armado en España, hizo imposible la localización de los responsables de su asesinato. La familia no quiso denunciar para no tener más problemas.