La María Goretti africana: la joven que dio su vida por su virginidad podría ser la primera santa de Nigeria
La nigeriana falleció en 2009 y quince años después la que había sido su diócesis ha inaugurado el tribunal para su beatificación y canonización
Vivian Ogu tenía tan solo 14 años cuando una noche fue sacada a la fuerza de su casa y asesinada a tiros. Su condena a muerte le llegó tras resistirse a ser violada por cuatro hombres armados. Su hermana y ella habían sido asaltadas y secuestradas y como santa María Goretti, se resistió a que le arrebataran su virginidad.
La italiana era uno de los modelos a seguir de Vivian, natural de Umuelem (Eniogu, Nigeria). El día antes de su muerte a manos de quienes la iban a violar, la joven dio una charla sobre el valor de la pureza en su parroquia, sin saber que esa misma noche, aquello que tanto defendía la llevaría al martirio.
Un mosaico de bondad
La nigeriana falleció en 2009 y catorce años después la que había sido su diócesis abrió su causa de beatificación, el 14 de octubre de 2023. «Su fama de martirio y santidad ha ido creciendo desde su muerte», afirma el arzobispo de Benín, Augustin Obiuora Akubeze. El pasado 21 de mayo, se inauguró el tribunal que podría elevarla a Vivian Ogu a los altares.
Aquella fatídica noche del 15 de noviembre de 2009, la resistencia de Vivian distrajo a sus asaltantes, y su hermana mayor pudo escapar y volver a casa. Allí esperaban sus padres, a quienes los tres hombres armados habían robado sus objetos de valor antes de llevarse a las niñas.
La vida de la joven fue «un hermoso mosaico de actos de bondad, una profunda vida de oración y un compromiso inquebrantable con el Evangelio», comentó en la primera sesión del tribunal de beatificación el obispo de Ahiara, Simeon Nwobi. Quienes la conocieron y han dado testimonio para la causa han coincidido en su amor ilimitado por los demás, su servicio y compromiso con la difusión de la palabra de Dios.
La segunda beata nigeriana y las primera santa
A los nueve años, según cuenta Stephen Dumbiri, director de The Vivian Ogu Movement, la sierva de Dios empezó a mostrar su celo apostólico y su valentía «al hablar a otros niños sobre la dignidad de la pureza y la virginidad». Desde pequeña, participaba en todas las actividades que se organizaban en la parroquia, pero también formaba parte de grupos interconfesionales. En este tiempo, también se dedicó a recaudar fondos para costear los tratamientos de varios niños huérfanos en el hospital central de Benín, a los que organizaba visitas de voluntariado junto a otros niños.
De declararse un milagro por su intercesión, Ogu se uniría en los altares a Cyprian Michael Iwene Tansi, el único nigeriano beatificado en 1998 por san Juan Pablo II. De él, destacó el Papa viajero que es «un excelente ejemplo de los frutos de la santidad que han crecido y madurado en la Iglesia de Nigeria». Y de producirse un segundo hecho sin explicación científica confirmada, la joven adolescente se convertiría en la primera santa nigeriana.