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El cantante Alice Cooper junto a Slash, de Guns N'Roses, que no se ha convertido (aún)GTRES

Tres ídolos musicales que se rindieron a Dios: «Jesucristo lo es todo para mí»

Les hemos visto protagonizar escándalos y cometer todo tipo de excesos. Pero Dios ha salido a su encuentro, y ellos se han dejado ganar por Él

No, no esperen que Alice Cooper mute su estrafalario, siniestro, gótico y grotesco vestuario. Su cambio no es por fuera, sino por dentro. El veterano rockero nacido hace 76 años en Estados Unidos como Vincent Damon Furnier, que adoptó como nombre artístico el de una conocida bruja inglesa del siglo XVII, que copó las listas mundiales de éxitos musicales en los años 70 y 80, es ahora un devoto cristiano que lamenta que «Jesucristo no está siendo lo suficientemente predicado». «Mi vida está basada en el Evangelio ahora, no en el rock and roll. Solía estar basada en el rock and roll, pero Él me dijo: 'Sígueme', y desde entonces, mi vida, la de mi mujer y la de mis hijos es una vida cristiana», confiesa rotundo en una entrevista publicada recientemente.

El vocalista, cuyo estilo musical ha oscilado entre el hard rock, el heavy metal y el shock rock, reconoce que «Jesucristo lo es todo para mí». «No estaría aquí sin Él», asegura, a la vez que lamenta que «en los conciertos tenemos a adolescentes ahí abajo que no tienen ni idea de quién es Jesucristo». «Es el personaje sobre el que más se ha escrito de todos los tiempos y, aun así, la gente se aparta de su camino para no creer en Él. Y esto es porque no quieren renunciar a sus propios dioses. Y así, Satanás les tiene donde quiere. Él dice: 'Yo soy el camino, la Verdad y la Vida, y nadie viene al Padre si no es por mí'. Dijo las palabras más verdaderas jamás pronunciadas. ¿Cómo puedes negar eso?», se cuestiona Cooper, en un vídeo más auténtico y contundente que muchas predicaciones.

Y manda un mensaje a sus seguidores: «Si no tienes al Señor en tu vida, siempre tendrás un agujero que vas a intentar llenar con cualquier cosa». «Pueden ser drogas, o Ferraris, o casas, o esposas, o la fama, y nunca vas a conseguir llenarlo. Porque, desde que nacimos, estamos buscando a Dios. Incluso si lo niegas, realmente lo estás buscando», subraya. «Muchos no quieren darle su vida a Dios. Incluso gente de Iglesia. Algunos te dicen: 'Yo voy a la Iglesia', y les digo: 'Muy bien, pero no te has dado a ti mismo'. Y ahí es precisamente por donde viene la plenitud», agrega.

Jesús no es un gran filósofo

Pero no es la única estrella del rock que ha vuelto a Cristo. Bono, el líder de la banda irlandesa U2, también reconocía recientemente que es cristiano. «Por supuesto que existió un Jesús histórico. Y no podemos decir simplemente que fue alguien muy inteligente, o un gran filósofo, porque, de hecho, Él dijo que era el Mesías», razona. «Veo muy difícil aceptar que millones y millones de vidas —la mitad de la población de la historia durante 2.000 años— han sido tocados por un 'loco' que decía que era el Mesías», enfatiza. Y recurre a su propia experiencia con Dios y lo sobrenatural: «No tengo problema con aceptar los milagros. Vivo rodeado de ellos. Yo soy uno de ellos», revela.

Justin Bieber es otro de los artistas que se ha rendido a Dios. «No trato de ganarme el Amor del Señor haciendo cosas buenas», comienza diciendo con sencillez. «Dios me ha amado primero por quien soy, antes incluso de que pudiera ganármelo o merecerlo. Es un regalo gratuito por aceptar a Jesús y, sencillamente, darle tu vida. Yo te voy a alabar, Señor, porque me diste algo tan bueno», manifiesta en otra reciente entrevista.

El cantante, que ha protagonizado sonados escándalos, no pierde la esperanza por ello: «Cada día lucho contra la tentación y contra cosas que son instintivas, bien sea una mentira, ser codicioso, lo que sea; todas estas cosas que te vienen de manera natural. Tengo que luchar para no convertirme en eso en mi camino hacia Dios, un Dios que me acepta, que me ama», señala.

Dios en la suciedad

Bieber, que siempre ha mostrado su gran cercanía con el carismático pastor evangélico estadounidense Judah Smith, añade que «a Cristo le llaman el Salvador, y yo también lo creo así. Jesús es mi Salvador». «Él no era un tipo de la élite religiosa, sino que estaba en la suciedad, y allí me encontró a mí, y me sacó de esa suciedad. Soy un seguidor de Jesús. Cuando lo aceptas, empiezas a caminar con el Espíritu Santo. Creo que sólo quiero ser conducido por el Espíritu Santo», concluye.