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Luis Fernando de Prada Álvarez director de Radio María

Luis Fernando de Prada Álvarez director de Radio María

Entrevista director de Radio María  Luis Fernando de Prada: «Hay personas que después de escuchar Radio María deciden no quitarse la vida»

La emisora de la Virgen cumple 25 años en España; es sintonizada por millones de oyentes y se sostiene solo con donativos. «Es un milagro», asegura su director

En algunos conocidos monólogos de televisión han llegado a bromear con la cobertura que tiene: «Estás perdido en medio del campo, sacas un tenedor y solo pillas Radio María». No les falta razón: la emisora de la Virgen ha cumplido 25 años en España con una amplísima cobertura territorial, con unas audiencias millonarias (aunque no figura en ningún estudio de mercado al no tratarse de una emisora comercial) y con un batallón de voluntarios en todas las diócesis españolas que promocionan, difunden y realizan emisiones en directo.

Al frente de la radio de la Virgen está, desde septiembre de 2012, el sacerdote diocesano Luis Fernando De Prada, todo un veterano de las ondas, que acaba de recoger varios galardones en las últimas semanas, como el premio Religión en Libertad o el Beato Paolo Manna, de las Obras Misionales Pontificias.

— Hay gente que no termina de entender cómo es posible que una emisora del tamaño de Radio María se mantenga exclusivamente con donativos, sin ningún tipo de publicidad. ¿Cuál es la fórmula?

— Bueno, la verdad es que es sorprendente. Siempre recuerdo que, cuando llegué a Radio María, me encontré con un médico que hacía un programa de medicina, y me dice: «¿Quiere que le explique lo que es Radio María? Es un milagro». ¡Vaya, algo sospechaba ya de eso!, pensé, porque precisamente empecé siendo voluntario de Radio María. Luego, desde dentro, puedo asegurar absolutamente que no hay ni un solo medio de financiación de publicidad, no hay patrocinadores, todo viene de donativos, que es donde he palpado más ese «milagro».

— ¿Lo ve en algo en concreto?

— En esas campañas que hacemos, no ya solo para nuestra propia autofinanciación, sino para ayudar a los países donde está empezando o queremos que se extienda Radio María, países pobres y necesitados. Recuerdo perfectamente, durante una Mariathón —que son las campañas que hacemos para recaudar dinero para abrir emisoras en estos países—, que estaba dedicada a Angola. ¡Después de treinta y tantos años de guerra civil, empezar allí Radio María! Hacían falta, si no recuerdo mal, unos 650.000 euros. Había que recaudarlos en cuatro días. Al principio, dije, ¡Bueno, haremos lo que podamos! Poquito a poquito, llegamos al último día de campaña y faltaban, creo recordar, que 25.000 euros. Yo lo dije en antena: Bueno, pues queda esto. Ya llegará. Y llama desde Barcelona una persona que daba los 25.000 euros…

Desde entonces, me pasa todos los años lo mismo. Siempre digo al principio: Imposible, y al final digo: ¡Me tengo que confesar de poca fe! Porque, al final, se consigue. Doy fe de que el milagro ocurre permanentemente.

Numerosas conversiones

— Es evidente que, si llegan todos esos donativos, es porque hay muchísima gente que se siente identificada y ayudada por la emisora…

— Cuando las personas ven algo que les hace mucho bien (hoy esto a mí me ha ayudado; esto ayuda a mis padres; mi madre murió escuchando Radio María; yo me he convertido oyendo esto) pues tengo que ayudar. Entonces empieza a haber personas que colaboran con algo que ven que es fructífero, que lo han visto, que no estamos hablando de teorías, y comienzan a llegar esos donativos. Después, esa Radio María se autofinancia y puede colaborar ayudando a otras.

— Recuerdo entrevistar al presidente de Radio María, José Manuel Díez Quintanilla, que se refirió al caso de un mendigo que iba todos los meses al banco a ingresar 50 céntimos de donativo. ¿Hay muchos casos así de sorprendentes?

— Tengo en la mesa varias cartas de presos en las que cuentan que, de ese sueldecito que reciben algunos haciendo ciertos trabajitos, nos daban un pequeño donativo. Muchas veces pedimos testimonios: ¿Por qué ayudas a Radio María? Cuéntanos qué hace en tu vida. Bueno, pues muy frecuentemente, nos llegan este tipo de mensajes: Miren ustedes, me quedan 15 euros en mi cuenta, pero aunque no llegue a fin de mes, yo algo tengo que aportar, 2 euros, 5 euros. Las periodistas que tenemos en la emisora se conmueven mucho. He visto muchas lágrimas con ese tipo de mensajes. Es la viuda del Evangelio: esa mujer que apenas tiene nada, pero lo poquito que tiene, su corazón le lleva a darlo. Eso es generosidad cristiana.

— Tengo entendido también que incluso se han salvado vidas gracias a Radio María...

— Sí; hubo un caso, un sábado por la noche, con una voluntaria que estaba emitiendo un programa que no había preparado mucho… Estas cosas de las que Dios también se sirve. Así que empezó a repetir muchas veces una misma idea: Eh, tú que me escuchas, estés donde estés, te pase lo que te pase, no te olvides: Dios te ama, Dios te quiere, aunque no te des cuenta. Bueno, pues por lo visto, una persona iba esa noche en su coche con la intención de despeñarse y le llegó el mensaje: Seas quien seas, no lo dudes, Dios te quiere. Oye, ¡que se dio la vuelta y no lo hizo! Luego llamó para contarlo.

En otra ocasión —y esto sí que lo he vivido en primera persona en una de las campañas—, una de nuestras periodistas, que posee una gran sensibilidad, veo que aparece en el control con lágrimas en los ojos. ¿Qué pasa?, le pregunté. Pues que ha llamado una persona para dar un donativo. Yo le daba las gracias, pero ella respondió: 'No, no, no, las gracias os las doy yo, porque yo ya tenía fijado el día en que me iba a quitar la vida. No sé cómo, encendí la radio. Y mi vida ha cambiado. ¿Cómo no voy a ayudar a que esto le pase a otros?'

— Radio María no es, por tanto, exclusivamente para un oyente católico «convencido», sino que una persona completamente ajena a la iglesia también podrá encontrar algo interesante en su programación...

— Es como pasa con una capellanía universitaria: al principio haces una misa, y vienen los que ya van, pero claro, luego dices Bueno, ¿y los demás, qué? Que vengan los de siempre está bien, pero también son importantes los otros. Algo así ha pasado en Radio María: Se han buscado programas que interesen a más personas. Y sí, gracias a Dios, se va consiguiendo, indudablemente.

Como sabes, los jóvenes no son de radio hoy día, pero personas de 30, 40 años, que la vida ya les ha llevado al límite, de esos tenemos muchos casos de conversiones que podría contar.

De la «movida» madrileña al bautizo

— Cuéntenos uno.

— Un verano me llega una mujer que se ha ofrecido voluntaria. La conversación fue, más o menos: «Mire, yo soy la típica mujer de la movida madrileña». Había sido educada en la fe, los sacramentos básicos, pero luego nada. Había estado por Europa, había tenido relaciones con uno, con otro, no sé qué, no sé con cuántos se había casado. Al principio, todo iba bien: tenía hijos y demás.

Pero, lo típico que llega un momento en que la vida ya no da para más. Incluso entra en una situación depresiva y hace lo que tantas otras personas: buscar en todos los sitios menos en la Iglesia: que si el aspecto psicológico, que si Nueva Era, que si mundo oriental... Y, un buen día, pensó: «Estoy buscando en todos lados. ¿Por qué no busco en la Iglesia católica?» Se le ocurrió escribir en Google «depresión-Iglesia-católica» y le sale monseñor Munilla. Entonces descubre que tiene un programa en Radio María, y piensa: «¡No! Yo, una mujer moderna, oyendo Radio María». Pero empezó a ver qué programas había. Hay uno que se llama 'La luz de la razón'. Bueno, a lo mejor es de filosofía. Luego hay otro que se llama 'El hombre de hoy y Dios'... El caso es que empezó por ahí, y acabó bautizando y pidiendo la comunión para sus hijos de 14 y 15 años.

— Y, precisamente, ¿cómo hacer que la información religiosa sea atractiva, y no algo casposo, aburrido o ñoño?

— Hay personas que se creen que Radio María solo es rezar, y no saben que hay programas de derecho, de economía, de medicina, de psicología, de muchísimas cosas. Además, tenemos un informativo muy valorado que aborda temas de internacional, nacional, Iglesia en el mundo, Iglesia en España. Intentamos ser lo más objetivos posible pero, a la vez, dar siempre un toque personal testimonial.

En otros muchos programas, lo fundamental es el testimonio. Es contar la realidad desde la experiencia. Cada vez tenemos más de esos y, de hecho, son los más descargados. Indudablemente, un testimonio vale más que mil palabras y que mil homilías. Por eso tratamos de que sea una comunicación muy de corazón a corazón y pensando no solo en el que «ya está en casa», sino en que todo ser humano, incluso el que menos te puedas imaginar, tiene sed de Dios, de verdad, de belleza, de amor. Y eso es Dios.

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