«La gente ansía el poder y el dominio, pero nuestra vocación cristiana es servir a los demás», dijo el cardenal Pizzaballa, señalando que, aunque Cristo es el Rey del universo, vino a servir, no a ser servido. «Cristo vino a dar testimonio de la verdad y del amor de Dios a través de la Cruz, y nosotros nos hemos convertido en servidores de esta verdad y del reino de Dios que no está limitado por fronteras físicas», subrayó