La noche del 24 llega a Madrid
El musical que recupera el verdadero origen de la Navidad: «Quien nació en Belén no fue Papá Noel»
A pesar de que toda la trama se centra en el nacimiento de Jesús, en esta representación que llega a la capital este 1 de diciembre no llegan a aparecer ni el Niño, ni María ni José
El escenario está completamente a oscuras cuando aparece Aaron, un soldado que Herodes ha enviado para encontrar a un recién nacido del que dicen que es el Mesías. Al ritmo de Gloria Mundana, una canción que habla sobre el poder y las riquezas terrenales, van saliendo a la tarima los demás protagonistas de esta historia, la del origen de la Navidad. A pesar de que lo que da forma a toda la obra es el nacimiento de Jesús, ni María, ni José ni el Niño llegan nunca a aparecer.
«Hay que recordarle al mundo que quien nació en Belén no fue Papé Noel», asevera Javier Lorenzo, director de La Noche del 24, el musical navideño que se estrena este domingo 1 de diciembre en los Teatros Luchana de Madrid, donde se quedará en cartel hasta el próximo 6 de enero de 2025. A pesar de llevar cuatro años representándose, es la primera vez que llega a la capital. Antes, han pasado por colegios y teatros de localidades de menor tamaño, como Torrelodones, las pasadas fiestas.
El germen de esta obra musical se plantó hace 12 años. Los hermanos Lorenzo, Javier y Benjamín, escribieron el primer guion para representarlo con los chicos a los que daban catequesis. En 2020, cuando estaba de baja por paternidad, se propusieron añadirle las canciones. «Todos los productores con los que había hablado me decían que no me metiera en cosas de teatro, que me iba a arruinar. Tenían razón», comenta el director entre risas. Ese mismo año lo estrenaron. Los primeros ensayos fueron en el salón de su casa y su primera espectadora, su hija de tres meses.
«Nos dimos cuenta de que nadie cuenta esta historia. Llega la Navidad y se habla de los elfos y no se qué. Hay ganas de escuchar la verdadera, porque seas creyente o no, es una historia fabulosa: el amor frente al poder, la pobreza de un niño frente a la esperanza, un pueblo oprimido», asegura Lorenzo.
Aaron tiene que ir escuchando las historias de los testigos sobre lo que sucedió en aquel pesebre en Belén la noche del 24 de diciembre, y cómo aquel encuentro ha cambiado sus vidas. Para Lorenzo, esto supone una representación de su propia historia de fe. «A nosotros nos ha llegado siempre a través de otras personas. Primero fueron los apóstoles y a partir de ahí, de generación en generación se ha ido traspasando. Esos testigos que hemos encontrado en nuestra vida han sido el rostro de Cristo para nosotros», cuenta el director, quien también confiesa que la inspiración de la que bebe La noche del 24 va desde El Belén que puso Dios, de Enrique Monasterio a Barioná, el hijo del trueno, la obra que Jean-Paul Sartre escribió sobre la Navidad cuando estaba preso en el campo de concentración de Stalag 12D, cerca de Tréveris.
Lorenzo y Sartre tienen dos cosas en común. Ambos han escrito una obra de teatro sobre el Nacimiento de Jesús, pero en ninguna de ellas aparece como tal el nacimiento. Según cuenta el director de este musical, esto es símbolo de que «no vemos a Dios directamente, siempre a través de los testigos y cómo a ellos les ha cambiado la vida». Esto les ha permitido también añadir a la obra más comedia y «no poner palabras en boca de la Virgen María o san José», cuenta Juan Ventas, que interpreta a Zabulón, un pastor inocente y un poco bobalicón.
Además de este, Herodes y sus consejeros, también aparecen en la obra una estrella de Oriente con aires de diva, unos charlatanes posaderos, el ángel que se apareció a los pastores para anunciarles la Buena Nueva, un tozudo borrico y la mujer del soldado Aaron, que hará que todo se complique. Tan solo son ocho las personas sobre el escenario y otros cuatro entre bambalinas, además del equipo de música e iluminación.
La escenografía ha sido diseñada por el equipo de arte especialmente para la sala de los Teatros Luchana donde se representa la obra y es simplemente un enorme cartón, que se va abriendo y cerrando como un libro plegable. Así se van desvelando los distintos escenarios donde esta historia va teniendo lugar: el palacio de Herodes, la posada o el pesebre. Esa sencillez del cartón guarda un mensaje secreto para el público. «Cristo vino en la pobreza, pudiendo darse a conocer a lo bestia. Eligió un rincón del mundo que nadie conocía y una familia sencilla que, además, era perseguida», matiza el director.