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Un portal de BelénPexels

'Corre caballito', el clásico villancico de origen venezolano cuya ingenuidad lo hizo famoso

La interpretación de Serenata Guayanesa, en 1978, que incorporó el villancico a su disco sobre temas navideños, terminó por popularizarlo y hacer su interpretación imprescindible en los días de Navidad

Dentro del folclore navideño hispánico hay un villancico muy popular en Venezuela: Corre Caballito. No tiene autor conocido, pero lo puso en circulación monseñor Constantino Maradei (1915-1992) cuando era organista y maestro de Capilla en la Catedral de Ciudad Bolivar (con posterioridad fue nombrado obispo de Cabimas por Pablo VI, y más tarde, de Barcelona –en Venezuela–.

Su ingenuidad –la imagen de un palo de escoba convertido en un caballo que cabalga hacia Belén es muy apta para la evocación infantil– le permitió una rápida difusión entre la feligresía. Y cabalgando el caballito se topará con todos los elementos propios de un belén frecuente en los hogares: la Virgen María, San José y el Niño, los pastores, los Reyes Magos, la mula y el buey, e incluso el ángel san Gabriel que fue el encargado de anunciar a María que concebiría al Hijo de Dios. La interpretación de Serenata Guayanesa, en 1978, que incorporó el villancico a su disco sobre temas navideños, terminó por popularizarlo y hacer su interpretación imprescindible en los días de Navidad.

La letra está perfectamente fijada, e incluso los múltiples bises (que hemos suprimido en la transcripción, por redundantes). Más aún, los versos finales del villancico se repiten varias veces, hasta que las voces se van progresivamente apagando, creando así una sugestiva atmósfera navideña.

Como puede advertirse, las estrofas –en versos hexasílabos, adecuados al ritmo de la interpretación musical– se van concatenando para reiterar un claro mensaje «que ha nacido un Niño / cubierto de flores»; un mensaje que transmiten los pastores, y que ya está presente tanto en las estrofas primera y segunda como novena y décima «Corre caballito, / vamos a Belén, / a a ver a María / y al niño también. / Al Niño también, / dicen los pastores, / que ha nacido un Niño / cubierto de flores». Y para esta concatenación argumental es imprescindible mantener en el oído las rimas asonantes en los versos pares, que se ajustan al siguiente patrón:

Estrofa 1: rima aguda en /é/.
Estrofa 2: rima /ó-e/.
Estrofa 3: rima /ía/.
Estrofa 4: rima /ó-e/.
Estrofa 5: rima /é-e/.
Estrofa 6: rima /ó-e/.
Estrofa 7: rima /é/.
Estrofa 8: rima /ó-e/.
Estrofa 9: rima /é/.
Estrofa 10: rima /ó-e/

La asonancia /ó-e/ se mantiene en los versos pares de las estrofas 2, 4, 6, 8 y 10, que son, precisamente, los que contienen el mensaje del texto.