Quién es Conchita Barrecheguren, la niña de Granada que va a beatificar el Papa Francisco

El papa Francisco ha aprobado uno de los milagros atribuidos a Conchita Barrecheguren: la niña granadina fallecida en olor de santidad en 1927 con sólo 22 años, y rodeada del afecto de las personas que la conocieron. Para tomar la decisión, ya se habían reconocido las previamente las «virtudes heroicas», no sólo de la muchacha, sino de su padre, Francisco Barrecheguren, que también está en proceso de beatificación.

Corta, pero intensa vida

Unas virtudes heroicas necesarias para la declaración de «venerable siervo de Dios» al que, posteriormente se le debía reconocer algún hecho extraordinario a través de su intercesión. En cualquier caso, esas virtudes heroicas en la muchacha Conchita Barrecheguren se concretan en una corta vida, pero llena de intensidad.

Concepción Barrecheguren nació en Granada el 27 de noviembre de 1905 y murió en la misma ciudad española el 13 de mayo de 1927, con apenas 22 años, marcados por la enfermedad, el dolor y una extraña capacidad para la acogida de todos los que se acercaban a ella.

56 testigos para la causa

Por ser joven, era una persona de acusadas paradojas; de acusados contrastes: podía ser dulce, ardorosa y un tanto impulsiva. La incapacidad para asistir a clase hizo que su padre le hiciera de maestro y ella, de gran viveza, no desaprovecho la ocasión; no sólo en las asignaturas típicas, sino también en la música, ya que alcanzó una gran destreza al piano.

Aunque siempre quiso consagrarse a la vida religiosa, su enfermedad se lo impidió. Sin embargo, mientras estuvo postrada en la cama, fue para muchos un auténtico faro de luz y de alegría.

El padre, ordenado sacerdote

Ya en 1938 se inicia la causa de beatificación, que dura hasta noviembre de 1945 y en el que llegaron a declarar 56 testigos, confesando la excepcionalidad de aquella joven enferma.

Su padre, Francisco Barrecheguren Montagut, leridano nacido el 21 de agosto de 1881 y fallecido en Granada el 7 de octubre de 1957, también está en proceso de beatificación. Al quedar huérfano, sus tío se lo llevan a Granada, donde vivirá toda su vida.

Después de perder a su mujer y a su hija, y de haber donado parte de sus bienes a la Congregación de los Esclavos de la Eucaristía, fue ordenado sacerdote con 68 años y se dedicó a la enseñanza de niños pobres y a la asistencia de ancianos y enfermos.

Desde el 29 de noviembre de 2007, los restos de padre e hija descansan juntos en el Santuario de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, en Granada.