Entrevista a Francisco Vázquez
«La Iglesia que conocemos no existiría sin España, que además aportó la evangelización del Nuevo Mundo»
Francisco Vázquez ha publicado 1001 Historias Romanas de la Batalla de Lepanto-Política y Diplomacia, gracias al conocimiento privilegiado del archivo de la embajada de España ante la Santa Sede
después de una dilatada y brillante carrera política y diplomática, en la que sirvió a nuestro país ante la Santa Sede, Francisco Vázquez, el recordado alcalde de La Coruña, tuvo acceso al inmenso archivo histórico de nuestra embajada, pudiendo comprobar la decisiva influencia de España en la campaña de Lepanto y en la construcción de una Europa que, sin esa victoria, no hubiera sido la misma, como tampoco hubiera sido la misma la propia Iglesia Católica. Lo relata en su ensayo 1001 Historias Romanas de la Batalla de Lepanto – Política y Diplomacia, de Publicaciones Arenas.
–Usted fue varios años embajador ante la Santa Sede, ¿hasta qué punto ha influido España en la historia romana y en la Iglesia?
–Durante varios siglos, España llevó sobre sus espaldas la defensa del cristianismo y de los valores de la civilización y cultura europea, frente al expansionismo islámico, primero de los árabes y después de los turcos. Y política, militar y espiritualmente, España protagonizó y agotó esfuerzos y recursos en la Contrarreforma frente al luteranismo.
La Iglesia católica que conocemos no existiría sin España, que además le aportó la evangelización de todo el Nuevo Mundo.
–¿Qué recuerdos tiene de aquella etapa en cuanto a las relaciones diplomáticas con la Santa Sede?
–Fui Embajador en una etapa difícil, pero en la que serví de puente para un fértil diálogo, que entre otros temas, resolvió el eterno contencioso de la financiación de la Iglesia, con la aportación voluntaria del 0,7 % en la declaración de la Renta. Y se logró que el Papa viajase ¡tres veces! a España.
Hay un adoctrinamiento ideológico que implanta la leyenda negra en las aulas. ¡Es una aberración!
–Por aquellos años tuvo acceso al archivo de la embajada que ahora cumple su 400 aniversario. ¿Qué documentos han quedado mejor en su memoria?
–Todos los relativos a las instrucciones de los Reyes durante siglos, para que los Embajadores defendiesen la proclamación del Dogma de la Inmaculada Concepción.
–Usted comienza invocando el espíritu cervantino, que recuerda la fidelidad del historiador para con los hechos, ¿cree que, en general, se conocen estos hechos?
–Cada vez se asienta más un complejo de culpabilidad sobre nuestro pasado que lleva a falsearlo, a ocultarlo, o lo que es peor, a renegar de todos los siglos en que fuimos el primer imperio del mundo. Es un adoctrinamiento ideológico que implanta la leyenda negra en las aulas escolares españolas. ¡Una aberración!
La decisiva aportación de España impidió que hoy la Basílica de San Pedro fuese una mezquita
–¿Y qué ha querido contar, según esa fidelidad cervantina?
–La verdad de, posiblemente, la batalla más importante de los últimos siglos y la decisiva aportación de España para una victoria que, por ejemplo, impidió que hoy la Basílica de San Pedro fuese una mezquita. Europa sigue teniendo sus raíces fundamentadas en Grecia y en Roma gracias a Lepanto.
–Usted ha tenido acceso a los archivos durante su estancia como embajador. ¿Qué es lo que más le ha impresionado de la gesta?
–La capacidad política de Felipe II y su conocimiento y control del vasto Estado que gobernaba. Su correspondencia (miles y miles de cartas) lo acredita como un Rey líder y protagonista del mundo en el que vivió.
–¿Qué escenario se dibujó en Europa para llegar a aquello?
–El de la amenaza real de un triunfo del expansionismo fundamentalista y belicoso del Islam, representado por el Sultanato Turco, conquistador de Constantinopla, dominador de los Balcanes, a las puertas de Viena, invicto en el mar Mediterráneo y preparando la invasión de Italia para conquista Roma.
–¿Y qué papel jugaron las diplomacias?
–La alianza de los reinos cristianos para derrotar a los Turcos, fue una iniciativa de la diplomacia Española, que actuó siempre conforme a las instrucciones del Rey Felipe II.
Francia se alió con los turcos, en una de las páginas más deshonestas de su historia
–¿Y Francia, que siempre tuvo intereses contrarios a España?
–La Europa luterana del norte se situó al margen y Francia se alió con los turcos, en una de las páginas más deshonestas de su historia.
La victoria supuso el asentamiento definitivo de Europa como continente libre de la amenaza islámica
–Tuvo acceso a la correspondencia entre Felipe II y sus dos embajadores en los años de Lepanto: Luis de Requesens y don Juan de Zúñiga. ¿Qué le ha llamado más la atención?
–Requesens y Zúñiga eran hermanos, aunque tuvieran los apellidos invertidos. Además de grandes embajadores, fueron extraordinarios militares, virreyes y gobernadores de los principales territorios de la corona española. Leales y documentados servidores del Estado, que explican en sus biografías por qué España era la primera potencia del mundo. Por desgracias, como tantos otros, desconocidos en su propia patria.
–¿Qué supuso aquella victoria para la Europa Cristiana?
–El asentamiento definitivo de Europa como continente libre de la amenaza islámica y el cambio del Mediterráneo por el Atlántico como eje estratégico.
–¿Qué personaje, a su juicio, es el más relevante en la historia de la batalla?
–Juan de Austria lleva la fama, pero sin duda Don Álvaro de Bazán la lana. Acreditó su condición de ser uno de los mejores marinos de todos los tiempos.
–De las 1001 historias, ¿ cuál es para usted la más emblemática?
–La evidente justificación de la expulsión de la población morisca de España, por constituir una auténtica amenaza de fundamentalismo islámico, por su colaboracionismo demostrado con el enemigo turco y por su negativa a integrarse en los mundos sociales, jurídicos y políticos del país donde vivían.