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Policía sandinista armado con una escopeta vigilando la procesión de la Virgen de Fátima el 13 de agosto de 2022AFP

Cristianos perseguidos

El tercer sacerdote detenido en Nicaragua pasará 90 días en la cárcel para ser investigado

El gobierno de Ortega pide 90 días de cárcel para Óscar Benavídez, párroco de la iglesia Espíritu Santo. La fiscalía aún no ha especificado el supuesto delito del sacerdote

El pasado 14 de agosto el párroco nicaragüense Óscar Benavidez era detenido en calidad de «investigado», sin embargo el expediente judicial, al que ha tenido acceso la agencia EFE, no especifica el presunto delito por el que se le investiga; además en el informe figuran como «víctima y ofendido» la sociedad y el Estado nicaragüense.

El mismo día de su detención, la diócesis de Siuna, a la que pertenece Benavídez, denunció en un comunicado su desaparición: «La tarde del domingo 14 de agosto fue detenido el presbítero Óscar Benavidez, párroco de la parroquia Espíritu Santo». Así mismo la diócesis desconoce las causas que se le imputan y añaden «Esperamos que las autoridades nos mantengan informados».

Un día después, el lunes 15 de agosto, la Fiscalía, a través del fiscal Manuel de Jesús Rugama, pidió un plazo de hasta 90 días de cárcel para ampliar la investigación; la solicitud de ampliación aún está en trámite.

El caso, aún no precisado, está a cargo de la jueza Gloria María Saavedra Corrales, del Juzgado Décimo Penal de Audiencia en Managua, quien ya habría participado en otros juicios contra presos políticos.

El sacerdote ha sido detenido en medio de las tensiones entre el gobierno sandinista y la Iglesia Católica nicaragüense. Según ha informado el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (CENIDH), el sacerdote «fue sacado de su vehículo y llevado en una patrulla con rumbo desconocido», más tarde apareció en la cárcel «El Chipote», en Managua, sede Judicial de la Policía Nacional.

Benavidez es el tercer sacerdote detenido este año en Nicaragua, y el noveno bajo custodia policial. Entre los sacerdotes retenidos se encuentra el obispo Rolando Álvarez, sitiado por la policía desde el 4 de agosto.