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Un manifestante sostiene una cruz en protesta contra la represión a la Iglesia en NicaraguaGTRES

El clero nicaragüense pide por carta a Daniel Ortega la liberación de Rolando Álvarez

Los sacerdotes de la diócesis de Estelí han enviado una carta al presidente de Nicaragua en la que le responsabilizan de incitar al odio y la violencia contra la Iglesia

los sacerdotes de la diócesis de Estelí, de la que Rolando Álvarez es administrador apostólico, han enviado una carta al presidente Daniel Ortega en la que piden libertad inmediata para el obispo Rolando Álvarez y el resto de los sacerdotes y laicos detenidos. En el comunicado han afirmado que están soportando «con amor, paciencia, las acusaciones infundadas por su misión pastoral pacífica».

El clero ha denunciado los recientes ataques de la policía sandinista contra la Iglesia, que se ha centrado especialmente en las diócesis de Matagalpa y Estelí.

En este sentido han señalado que «Durante 15 días retuvieron ilegalmente en cautiverio al obispo de Matagalpa y administrador apostólico de nuestra diócesis de Estelí y a varios sacerdotes y laicos. Ahora lo que hicieron fue cambiar el lugar nada más para despejar el tranque que tenían alrededor de la curia. Y se llevaron al famoso Chipote a nuestros hermanos sacerdotes y a los laicos que acompañaron al obispo».

Además de pedir la liberación de su obispo, los sacerdotes de Estelí responsabilizan al gobierno nicaragüense de la tensión social y la escalada de violencia contra la Iglesia: «Encarcelaron al padre Manuel de Jesús García fabricando delitos. Encarcelaron a monseñor Leonardo Urbina sin probar ningún delito, no dejaron regresar al país al padre Idiáquez, le tienen retenido el pasaporte a monseñor Silvio Fonseca, expulsaron a las hermanas de la congregación de Santa Teresa de Calcuta (...) Secuestraron al padre Óscar Benavidez y se lo llevaron a El Chipote (...) Le han fastidiado la vida al padre Uriel Vallejos, al padre Vicente Martínez y el padre Sebastián López impidiéndole a sus feligreses celebrar la misa en el templo».

Acusados de golpistas

El obispo Álvarez ha sido acusado de conspirar contra el Estado y de organizar grupos violentos para dar un golpe de estado; el clero ha aclarado no hubo ningún golpe de estado porque un golpe de estado lo da un Ejército, en ese sentido han defendido a su obispo: «aquí el Ejército no le ha dado golpe de Estado a nadie. Eso existe solo en la mente de ustedes. Aquí lo que hubo en el 2018 fue una protesta popular».

Asimismo han defendido el papel conciliador que ha tenido la iglesia en el contexto de la crisis, y reitera su condena a la incitación al odio que ha sostenido el Gobierno de Ortega desde 2018: «Nos acusan de ser tranqueros cuando bien saben que lo que hicimos fue una labor de mediación, evitando muertes innecesarias, auxiliar a los heridos y proteger la vida de hermanos nicaragüenses. Desde entonces han inyectado odio y Gracias a Dios, nuestro pueblo es noble y no se deja engañar y toda esa campaña de difamación no ha calado en el corazón y la mente de nuestra gente buena y respetuosa de su fe cristiana, de sus servidores los obispos y sacerdotes».

Por ultimo han criticado la politización de la policía, que emplean como brazo armado contra la oposición : «Ustedes son los que han manchado y alterado la percepción que tiene el pueblo sobre la policía que la comparan con la guardia de los tiempos de Somoza, pues se le obliga a ejecutar violaciones a los derechos humanos a la población indefensa, en vez de ser los centinelas de la alegría del pueblo la han convertido en un brazo represor y violento».