Juan Pablo I, un corto papado y una misteriosa muerte
Albino Luciani nació un 17 de octubre de 1912 al norte de Italia. Su padre quedó viudo cuando Albino tenía tan solo diez años y se volvió a casar con una mujer muy devota, lo que influyó fuertemente al futuro Papa. Antes de la muerte de Pablo VI, Albino ascendió en tan solo 15 años de obispo a cardenal, y fue presidente de la Conferencia Episcopal Italiana hasta 1976.
En agosto de 1978 el Papa peregrino muere y se convoca un cónclave. A pesar de la gran asistencia, fue uno de los más cortos del siglo XX. Tras la primera jornada, la fumata blanca ya se vio desde la plaza de San Pedro y se proclamó el Habemus Papam.
Luciani eligió su nombre en honor a sus dos predecesores, Juan XXIII y Pablo VI. Se convertía así en Juan Pablo I. Sin embargo, su papado no duró mucho tiempo. 33 días después de ser proclamado Papa fue hallado muerto en su cama el 29 de septiembre de 1978.
Una muerte misteriosa
La noche del 28 al 29 de septiembre de 1978 el Papa Juan Pablo I moría en extrañas circunstancias. La versión oficial dice que murió de un infarto a causa del estrés ocasionado por las presiones del cargo y, además, la familia no autorizó la realización de una autopsia. La versión oficial sembró dudas en la opinión pública y hasta en la Iglesia.
Años más tarde, las teorías alternativas se avivaron. La versión oficial quedó en entredicho al revelarse que ciertos hechos relatados en versión oficial eran falsos. Por ejemplo, que quien le encontró fue una religiosa y no su secretario, o que estaba en su escritorio y no en la cama. Además, su médico confirmó que el Papa contaba con buena salud y no tenía problemas cardiacos previos.
Ante el aumento de teorías alrededor de la muerte del Papa, la Santa Sede en 1981 permitió a un par de investigadores entrar al Vaticano y acceder a toda la información para investigar el caso. Sin embargo, los investigadores David Yallop y John Cornwell llegaron a conclusiones opuestas; el primero concluyó que se trataba de un asesinato y el segundo concluyó la veracidad de la versión oficial.
Teoría del Banco Vaticano y la logia P-2
Recientemente, en 2019, un miembro de la mafia Colombo llamado Anthony Raimondi, sobrino de Lucky Luciano, confesó en una entrevista al New York Post sobre su libro When the Bullet Hits the Bone, que había participado en el asesinato de Juan Pablo I.
Según afirma en su libro, Anthony fue contactado por su primo, el cardenal Paul Marcinkus, quien dirigía el Banco Vaticano y que junto a la logia italiana Propaganda Due (P-2) querían deshacerse del Papa pues estaba dispuesto a desvelar una trama de corrupción millonaria.
La trama desarrollada en el interior del Vaticano implicaba a «la mitad de los cardenales y obispos en el Vaticano». Se trataba de una estafa de mil millones de dólares que involucraba a personalidades del Vaticano y de P-2 vinculadas a empresas americanas como IBM, Sunoco o Coca-Cola.
Raimondi confiesa que su papel en el asesinato era memorizar los hábitos del Papa y así actuar en el momento oportuno. Continúa diciendo que la noche del asesinato estaba en el pasillo frente a la habitación del Pontífice, cuando le sirvieron el té, en el que habían vertido una gran cantidad de Valium. Una vez sedado, su primo, el cardenal Paul Marcinkus, apretó un gotero con cianuro sobre su boca.
A este testimonio se suma la investigación de David Yallop, quien también afirma que se trata de un asesinato llevado a cabo por el Banco Vaticano y P-2. Yallop cita en su libro In God's name la participación de otros dos cardenales además de Marcinkus. Estos son John Cody, arzobispo de Chicago, y Jean Villot, secretario de Estado del Vaticano. Según el investigador, Villot confesó que nadie se creyó el accidente y que por eso no se le practicó la autopsia.
El sacerdote, filósofo y teólogo español Jesús López Sáez en su libro Albino Luciani: Un caso abierto, defiende la teoría de que fue asesinado con el fin de silenciarle «debía tomar decisiones importantes, con las cuales pensaba cortar los negocios económicos del Vaticano, fruto de acuerdos con la logia masónica P2, la mafia y la CIA».
Sea como fuere, muerte natural o intriga palaciega, Juan Pablo I cedió el testigo a Karol Wojtyła, que eligió su nombre papal en su honor. El Pontificado más corto de la historia, el último de una larga lista de papas italianos, que será recordado por su sonrisa, su humildad y su cercanía.