Daniel Ortega acusa a la Iglesia de «dictadura perfecta» y de apoyar un «golpe de Estado»
El presidente de Nicaragua ha lanzado duras palabras contra la Iglesia católica, tachándola de corrupta y de tiranía perfecta
El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, ha criticado con dureza a la Iglesia católica, acusándola de ser una «dictadura perfecta». Además, ha afirmado que utiliza a sus obispos para «dar un golpe de Estado» en el país centroamericano.
«Una institución como la Iglesia católica, utilizando a sus obispos aquí en Nicaragua para dar un golpe de Estado», ha dicho. «¿Desde cuándo los curas están para dar un golpe de Estado? ¿Desde cuándo tienen autoridad para hablar de democracia?», se ha preguntado.
Así, el presidente nicaragüense ha cuestionado «quién elige» a curas, obispos, cardenales e incluso al Papa. «Si van a ser democráticos, que empiecen a elegir con el voto de los católicos», ha manifestado, agregando que la Iglesia «es una dictadura, una dictadura perfecta, una tiranía perfecta».
Por ello, Ortega ha comunicado al Papa Francisco «con todo el respeto» que él «es católico» pero que «no se siente representado». «Por todo lo que conocemos de esa historia terrible, pero por el hecho también que los oímos hablar de democracia y no practican la democracia», ha valorado, antes de argumentar que «sería una revolución que al Papa lo eligiera el pueblo católico del mundo».
«Una actitud terrorista»
En esta línea, ha recalcado que «el hábito no hace al monje» y ha añadido que religiosos «han cometido miles de crímenes en el mundo». «Miles de crímenes que se denuncian desde lo que fue la inquisición, donde quemaban, asesinaban al que no pensaba como ellos», ha apuntado.
«La Santa Iglesia Católica quemando, matando, incinerando, persiguiendo, organizando cruzadas para asesinar a los que no compartían su credo. Bendiciendo y dando una santa ordenanza cuando los conquistadores invadieron nuestras tierras», ha puntualizado el mandatario, según la cadena de televisión nicaragüense Telenica Canal 8.
De esta manera, ha hablado de «una iglesia que se corrompió, que denigró a Cristo, que manchó a Cristo» y ha denunciado que en 2018 en el país «algunos obispos y algunos sacerdotes, aprovechándose de su investidura, en vez de asumir una actitud cristiana, asumieron una actitud terrorista».
Ha concluido con estas palabras: «una banda de asesinos encubierta con la Iglesia Católica».