Florencio Roselló, premio 'Alter Christus' por su dedicación a la redención de los presos

Florencio Roselló, director del departamento de Pastoral Penitenciaria, ha sido galardonado con el premio Alter Christus que otorga Regnum Christi para reconocer su entrega y contribución a las personas y a la sociedad.

Además de Roselló, los galardones han recaído en Ángel García, deán de la catedral de Segovia, por su atención al clero y a la vida consagrada; a Alberto Hernández, párroco de cuatro parroquias en la isla de La Palma, por su entrega a los damnificados por el volcán de Cumbre Vieja; a Javier Siegrist, por la Nueva Evangelización en la diócesis de Getafe; y a Santiago Arellano, por la pastoral familiar en la parroquia Sagrado Corazón de Jesús, de Talavera de la Reina.

Como san Pedro Nolasco

Florencio Roselló dedica su vida a los presos por vocación. Es mercedario: congregación que mantiene el carisma de su fundador, San Pedro Nolasco, de acompañar a las personas privadas de libertad.

En el comunicado de concesión de estos galardones destaca que Florencio Roselló tiene una parroquia muy particular con delincuentes y marginados –periferias existenciales a las que se refiere el Papa Francisco–, y que se encuentra en la cárcel de Castellón. Además dirige, desde 2015, el departamento de Pastoral Penitenciaria en la Conferencia Episcopal del que dependen los cerca de 100 centros de acogida de la Iglesia para presos con permisos, así como los miles de puestos de trabajo que ha conseguido para que estos fieles tengan cómo ganarse la vida sin volver a prisión.

Un Cristo preso

Este departamento acaba de hacer pública la Memoria 2021, que recopila el trabajo de la Pastoral Penitenciaria en 2021. Un trabajo, que explica Roselló, se resume en el versículo del evangelio de san Mateo, «estuve en la cárcel y vinisteis a verme» (Mt. 25, 36) porque «en cada persona que nos encontramos en la cárcel, «vemos al mismo Cristo preso».

Salude de mi parte a los presos de EspañaPapa Francisco

Además, Roselló prepara el X Congreso Nacional de Pastoral Pastoral Penitenciaria en El Escorial (Madrid) del 21 al 23 de octubre con el tema Otro cumplimiento de pena es posible.

El pasado 6 de mayo, Florencio pudo regalar al Papa Francisco una barca hecha con materiales reciclados por los presos de la cárcel de Castellón I: latas de sardinas vacías, plásticos, gomas, palillos, palos de helado y pajitas de beber zumos. El Papa al verlo se sorprendió y exclamó, «¡hombre, qué curioso!».

Al explicarle el trabajo preguntó: «¿dónde están las sardinas?», a lo que Florencio le contestó que «se las han comido los presos», y el Papa, después de esbozar una sonrisa, le dijo al padre, «dé las gracias a los presos y salúdeles de mi parte». El Papa miró fijamente el regalo y se despidieron.