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El cardenal Müller carga contra la teoría Queer y el transhumanismoWikimedia Commons

Gerhard Müller: La ideología de género y el transhumanismo son «frutos podridos del nihilismo»

En el marco del XIV congreso de la Familia celebrado en México, el cardenal alemán ha cargado contra la teoría Queer y el transhumanismo, que funcionan como agentes de disolución de la familia

El Congreso Mundial de las Familias, celebrado en México del 30 de septiembre al 2 de octubre, acogió entre sus ponentes al Prefecto emérito de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Gerhard Ludwig Müller.

El Congreso de la Familia ha celebrado su XIV edición en México, es un evento que reúne a distintos agentes sociales y religiosos con el fin de poner a la familia en el centro como núcleo indispensable de toda sociedad.

El Prefecto emérito de la Congregación para la Doctrina de la Fe tomó la palabra en la primera jornada de la XIV edición, el viernes 30 de septiembre.

En la ponencia 'Familias fuertes, sociedades sostenibles', en la que participaban además del cardenal, personalidades religiosas de otras confesiones. El cardenal cargó contra la antropología nihilista en su conferencia que tituló 'El hombre hecho a imagen y semejanza de Dios: Un manifiesto contra el nihilismo antropológico'

Contra la antropología nihilista

Gerhard Müller acusó a la corriente nihilista que ha tomado la sociedad de conducirla a un «suicidio colectivo». Esta corriente filosófica, de la que bebe «la Nueva Era», tiene su máxima en que «Dios ha Muerto»; y esto deriva inevitablemente en la conclusión de que «no hay nada malo en el ser humano y que está permitido todo lo que le plazca», según afirmaba el cardenal.

Asimismo cargó contra el historiador israelí Yuval Noah Harari, quien es el mayor exponente del trans y posthumanismo, y que propone al ser humano como centro del universo en su libro «Homo Deus».

La teoría del historiador israelí es el culmen de la antropología nihilista que entiende al ser humano como algo independiente y desvinculado de Dios lo que provoca que «si el hombre deja de ser una criatura a imagen y semejanza del Dios trino, se hunde en las profundidades del nihilismo antropológico».

La consecuencia de poner a la criatura en el trono del Creador no es nada nuevo, ya tentó la serpiente antigua a Adán y Eva con esta idea, como explicó el Prefecto emérito esta corriente «tiene como padre el orgullo de la criatura que quiere llegar a ser como Dios (Gn 3,5) y quiere establecer la diferencia entre el bien y el mal, lo verdadero y lo falso por sí misma».

Müller mencionaba que los frutos podridos de la antropología nihilista «también se muestran en el cuestionamiento del matrimonio entre el hombre y la mujer que se ve como una variante entre cualquier número de posibilidades del disfrute orgiástico de la satisfacción sexual sin la plena entrega en el amor y sin la autotrascendencia a un tercero, a saber, el niño como fruto del amor y el vientre de sus padres», es decir la teoría Queer, conocida también como ideología de género.

Frutos de la posmodernidad

El cardenal en su ponencia sólo menciona al nihilismo como agente de las corrientes destructivas de la sociedad; pero es importante mencionar el papel de las corrientes posmodernas en la proliferación de estos frutos podridos.

Estos frutos podridos que menciona el cardenal, también encuentran su fundamento en las corrientes posmodernas representadas por filósofos como Sartre o su mujer Simone de Beauvoir (madre del feminismo de 4ª ola) que tuvieron su auge en el mayo francés. Esta corriente es propulsora, entre otras cosas de la ideología de genero, del feminismo de 4ª ola y en general de la nueva izquierda postmarxista.

Estas corrientes posmodernas nacidas al calor de la sociedad neoliberal, a quien deben la vida, además destruyen la familia porque «se niega la referencia a la fecundidad del matrimonio, con la que el Creador ha bendecido al hombre y a la mujer para que transmitan, guarden y promuevan la vida creada por Dios».

Continua cargando contra las teorías Queer afirmando que «no es posible un cambio real del sexo, la ficción de una libre elección del género es una negación de la voluntad de Dios para nuestra persona. Cada ser humano existe en su naturaleza corporal ya sea en expresión masculina o femenina»

Servilismo católico

Además de la lógica critica a estas corrientes destructivas para la sociedad, el ser humano y sobre todo para la Familia; el cardenal ha criticado la posición de algunos teólogos católicos que se postran ante estas corrientes posmodernas para que la Iglesia «'sobreviva’ como organización social», adaptándola al mundo.

En este sentido advierte que esta corriente es «realmente peligrosa para la Iglesia cuando incluso los teólogos católicos en posiciones centrales ya no asumen el hecho de la revelación históricamente única e insuperable de Dios en Jesucristo, sino que hacen un compromiso perverso con el posthumanismo, solo para que la Iglesia ‘sobreviva’ como organización social en un mundo moderno sin Dios».

Y concluyó que «si el cristianismo fuera solo una colección de visiones dispares de lo incognoscible divino que se difunde sobre nuestra interpretación teórica del mundo y la forma práctica de hacer frente a la contingencia, entonces realmente no valdría la pena luchar, sufrir y morir por la verdad de Cristo».