El sudario que se expone en Turín, está considerado como la reliquia que envolvió el cuerpo de Jesús de Nazaret tras su muerte. La ciencia ha confirmado que la tela, en algún momento de su historia, cubrió a un hombre gravemente torturado. Este presenta las mismas heridas que sufrió Jesús y que narran los Evangelios: las provocadas por la corona de espinas, la flagelación, crucifixión y la lanzada en el costado.