La madre Celia es misionera comboniana
Entrevista con la madre Celia
Una misionera en Uganda: «Utilizaban el pellejo de niñas inocentes para tambores en los rituales»
cuando tan solo tenía 20, la madre Celia Macho decidió hacerse misionera comboniana. Corría el año 1973, en torno al día del Domund, y los testimonios de otros misioneros la conmovieron.
La religiosa ha pasado 46 años por Kenia, Chad, Etiopía y Uganda, y aunque ahora vive en Roma, no olvida todo lo que ha visto en esas casi cinco décadas.
«Cerca de donde vivía, en el Santuario de los Mártires, encontraron el cadáver de una niña. Luego, encontraron que estaba despellejada. Entonces, la gente, la gente local decía: «Sí, seguramente el pellejo de esta nena, de esta niña inocente, lo utilizaron para hacer un tambor para sus rituales. Eso es una realidad todavía hoy», cuenta. También recuerda otros rituales como el de creer que enterrar a niños bajo los cimientos de una casa traerá suerte.
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La madre Celia pertenece a la congregación de las combonianas. Son misioneras y en África son grandes promotoras de la mujer. Sin embargo, explica que es difícil lidiar con una mentalidad tan distinta.
«Cuando llegué a Uganda, en la portada del periódico vi la fotografía de una niña, que tendría 3 añitos, con su osito y sus mejores galas. Luego, decía: 'Ha sido sepultada con cemento armado para dar prosperidad a los que vivirán en esta casa'. Yo decía: 'Esto no puede ocurrir aquí y ahora. Eso sigue ocurriendo'».
