Manuel Bretón: «El Papa Francisco ha sido el mayor benefactor de Cáritas en España»

Cáritas española acaba de cumplir 75 años y Manuel Bretón cinco como presidente de la organización caritativa de la Iglesia por antonomasia. Hablamos con él de los inicios, de la ayuda americana, de la importante labor acometida todos estos años y de las necesidades más perentorias después de la pandemia, además del próximo informe FOESA, siempre incómodo para aquellos que creen habitar el mejor de los mundos.

–¿Qué valoración hace de la acción de Cáritas durante estos años y de la suya como presidente?

–Después de 75 años hay que hacer balance. Cáritas, en principio, ha mostrado su adaptación a los tiempos; desde la Cáritas del 47 a la de hoy hay una diferencia enorme. Nos hemos replanteado estos últimos años el cómo actuar mejor, cómo acceder al más vulnerable. Empezamos en el 47, en la posguerra, en la época más tremenda, o una de las más tremendas de nuestra historia, en la que había necesidades alimenticias; cómo empezamos repartiendo la leche en polvo americana. Bueno, pues ahí empezó todo. A partir de ahí el desarrollo coyuntural, las necesidades que se han ido asomando a nuestras puertas, pues implican que nos hemos tenido que ir adaptando a la situación. Todos los días me renuevo y se renueva Cáritas.

–Desde la pandemia, Cáritas ha multiplicado su respuesta, ¿a quién está siendo destinada? ¿ Qué tipo de pobreza hay en España?

–La pobreza y el hambre son los dos males que ya los conocíamos desde hacía mucho tiempo antes de que apareciera la Agenda 2030. Pero es verdad que Cáritas actúa siempre en pro de los más vulnerables. Es verdad que hace unos años nos dedicábamos, como te decía, a repartir comida, a repartir ropa. Ahora esas necesidades son mucho mayores. Ahora, y de acuerdo con la doctrina del Papa, nuestra idea es procurar el desarrollo humano de la persona, no limitarnos a darle de comer en un momento determinado, sino procurar que que su vida sea más fácil, que su familia viva mejor, que la vivienda tenga mejores condiciones, que la energía llegue mejor. Para eso necesitamos favorecer el empleo, establecer relaciones con los organismos y administraciones que nos apoyen en ese sentido, denunciar la situación real en la que se nuestra sociedad. Todo eso es labor de Cáritas; que yo creo que responde a que la sociedad española es muy solidaria y llegado el momento, pues nos apoya, nos responden a nuestra llamada. El mejor ejemplo es el de la pandemia. La pandemia que nos obligó a todos a quedarnos en nuestras casas, a cerrar muchos de nuestros proyectos, a dejar en casa a muchos de nuestros voluntarios, que como sabes son mayores en general; todo eso nos obligó a modificar nuestra nuestra actitud, a contar con la solidaridad de la población, porque ha sido impresionante.

El Papa Francisco, que había hecho una donación a Cáritas italiana, cuando se enteró que nosotros poníamos en marcha la campaña, hizo para Cáritas Española la misma aportaciónManuel Bretón

–Respondió todo el mundo

–Sí; yo soy testigo privilegiado de cómo se ha ido configurando nuestra acción a lo largo de estos últimos meses y iniciativas privadas, iniciativas públicas, iniciativas de grupos de cantantes, de grupos de artistas, de toreros, de todos querían ayudar a salir de la situación. Y eso fue un motivo de orgullo y de ilusión por favorecer a los más necesitados. Siempre recalco el hecho de que cuando lanzamos la campaña de comienzo de la pandemia, uno de los principales benefactores fue el Papa Francisco, que había hecho una donación a Cáritas italiana, y cuando se enteró que nosotros ponemos en marcha la campaña, hizo para Cáritas Española la misma aportación. Eso fue un comienzo espectacular y que te puedes imaginar y que ha movido muchas conciencias y nos ha hecho estar con el Papa para agradecerle todo eso. Nos recibió hace unos días en el Vaticano, en el Consejo de Cáritas, con una experiencia maravillosa. Nos dio, como es lógico, una lección de lo que teníamos que que «adelante, porque lo estáis haciendo muy bien».

–Acaba de volver de Hispanoamérica: ¿cómo está Haití? ¿Como está Cuba?

–He vuelto hace unos días de un viaje muy interesante. En principio, la Cáritas de República Dominicana es maravillosa; sigue nuestro modelo de acción, que arrastra mucho donante, que tiene proyectos preciosos, sobre todo de seguridad alimentaria. Y ahora con la emergencia de las tormentas, ha habido que lanzar una emergencia en República Dominicana, en Haití, en Jamaica, en el Caribe en general, en El Salvador. En Haití la necesidad es tremenda. Es un país en una situación terrible, donde el orden ya no existe. La violencia en las calles es tremenda. Yo estuve hace dos años, ahora no he podido pasar, pero es un país que se nos ha olvidado, en el que la violencia es constante. Yo no sé si se están planteando en Naciones Unidas tomar alguna medida, desarrollar una misión como la hubo hace unos años, que creo que es la única solución ahora mismo, porque nadie puede entrar allí a hacer absolutamente nada, ni una ONG ni entidades como la nuestra.

En uno de los encuentros que tuve con el Papa insistió en «que lo hacemos muy bien. Pero cuidad a los mayores, cuidad a los mayoresManuel Bretón

–En cuanto a Cuba, si todos los jóvenes se están marchando, ¿quién está cuidando a los mayores allí?

–Esa es una de las grandes cuestiones. En uno de los encuentros que tuve con el Papa insistió en «que lo hacemos muy bien. Pero cuidad a los mayores, cuidad a los mayores». Y es una de nuestras prioridades y uno de nuestros proyectos, que se desarrolla en prácticamente todas las Cáritas diocesanas para apoyar a los mayores en situación de soledad.

En Cuba se da la circunstancia que hay una generación, que es la intermedia, que ha desaparecido y se han marchado a Estados Unidos de España. Y entonces los padres, que son sus mayores, están muy abandonados, muy solos. Y hay algunas de las Cáritas, como la de Pinar del Río, por donde ha pasado el ciclón y ha sido tremendo, que necesitan apoyo; así que Cáritas está actuando muy profundamente en ese sentido, en el apoyo a esos mayores que trabajan ahí.

–Manuel, ¿qué supone presidir Cáritas? ¿Qué quiere hacer al frente de la organización?

–Bueno, ante todo, como presidente, me dicen muchas veces «lo que mandas», porque es una organización enorme, enorme. Yo procedo del mundo militar y he mandado mucho en mi vida, pero aquí no mando nada, en Cáritas no mando nada. Es una confederación de 70 Cáritas diocesanas. Cada una está presidida por su obispo, como sabes. Es una historia muy bonita, porque cada uno hace lo que puede también. Pero lo que queremos desde Cáritas Española, es coordinar esa acción. Que todos vayamos juntos a hacerla cada vez más unida. Y es la labor que estoy intentando desarrollar. Crear una confederación cada vez más unida, más ágil, más capaz de reaccionar ante las situaciones de emergencia que nos estamos encontrando con una gran crisis que se nos va a echar encima en cualquier momento. (Bueno, ya se nos ha echado). Para mí es un sueño el despertarme todas las mañanas y ver qué voy a hacer y qué voy a aprender de nuevo, dónde quiero ir. Las posibilidades de conocer la acción de cada Cáritas Diocesana, con más de 7000 parroquias abiertas. Es la entidad territorial de Acción Social Mayor que existe, o sea que estamos desplegados prácticamente por toda España. Entonces nos permite conocer perfectamente la situación en que se encuentran cada uno de nuestros pueblos, de casi de nuestras familias. Y luego tenemos una herramienta muy importante, que es FOESSA, se dedica a estudiar la situación social de nuestra sociedad y queda plasmado en unos informes que tienen un prestigio importante que, en general, nuestros políticos lo utilizan como referencia para su su actuación y que, sin lugar a dudas para el momento actual, es una herramienta fundamental para todos.

–Es incómodo el informe.

–¿Qué quieres que te diga? Para el que manda, seguro, sea del color que sea, le va a resultar incómodo. Pero bueno, ahí lo tienes. De hecho, dentro de unos días vamos a presentar uno nuevo con un estudio muy bonito para mostrar el presupuesto de referencia que permita vivir con una calidad de vida en una familia; con una calidad de vida decente, de acuerdo con el artículo 25 de la Declaración de Derechos Humanos. Qué necesita una familia para vivir: esto, esto, esto y esto. Lo presentaremos dentro de unos días y volverá a escocer a algunos de nuestros políticos. Pero bueno, quizás esa es nuestra labor ahora mismo.