Müller recuerda que sin España «no se puede concebir la historia de la Iglesia»
Con motivo del 40º aniversario de la visita de san Juan Pablo II a España, el Cardenal Müller acudió al acto organizado por el Instituto «Karol Wojtyla-S. Juan Pablo II» en el casino de Madrid
Hace cuarenta años, en 1982, que el Papa san Juan Pablo II visitó España, con motivo de este aniversario el Instituto «Karol Wojtyla-S. Juan Pablo II» organizó un acto en el Real casino de Madrid.
El acto fue presentado por Dña. María Enciso Alonso-Muñumer, miembro del Consejo de Honor del Instituto; el acto central era la conferencia «Juan Pablo II y la Nueva Evangelización. Fuente de renovación moral y espiritual» ofrecida por el Prefecto emérito de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el Cardenal Gerhard Ludwig Müller.
El Cardenal Müller, como ya es habitual, dejó una serie de mensajes contundentes que no dejan indiferente a nadie.
Comenzó por decir, como muchos ya habrán percibido, que no se puede entender ni concebir la historia ni la influencia de la Iglesia sin España –martillo de herejes, luz de Trento, espada de Roma– y realizó un recorrido por la historia patria, reconociendo los logros de nuestros santos y reyes que lograron preservar la luz de la Verdad en Europa y la mitad del orbe.
Continuó lanzando un interrogante a los presentes sobre el papel que juega la Iglesia en esta sociedad 'democrática y pluralista', para después plantear la respuesta, la Iglesia no debe cambiar, debe seguir siendo la respuesta al ser humano y su relación con la Divinidad, que es algo que va más allá de cualquier organización religiosa o social.
Apuntó que «Todo se puede resolver a la luz de Cristo. Ese es el sentido de la nueva evangelización».
Asimismo, y como se trataba del cuarenta aniversario del viaje apostólico de san Juan Pablo II, recordó y recalcó que, en contraste con la ideología moderna (liberal) y el comunismo, el Santo Padre se fijó en las personas concretas con sus alegrías y sufrimientos.
Prosiguió con fuerza instando a la responsabilidad que tiene España, tierra de santos, tierra que evangelizó medio mundo y que ha luchado y se ha dejado tanta sangre por defender la Cristiandad: «España tiene ahora que volver a ser un lugar para luchar contra el ateísmo del post y transhumanismo. No hay que tener miedo a los poderes de este mundo y no debemos retroceder ante las críticas».
Como ya ha declarado en muchas ocasiones Müller entiende que el posthumanismo supone la aniquilación del ser humano y que este es un gran desafío para la Iglesia.