Durante su pontificado, y atendiendo a las prioridades pastorales, el cardenal Cañizares ha realizado grandes convocatorias para la Iglesia y la sociedad valencianas, entre ellas, la Gran Misión Diocesana inaugurada el pasado mes de septiembre, una gran acción evangelizadora que emprende toda la diócesis, coincidiendo con el Año Jubilar Mariano por el Centenario de la Coronación de la Virgen de los Desamparados.
Según anunció el cardenal en la apertura del Año Jubilar Mariano, «tenemos que emprender una misión popular diocesana –para impulsar iniciativas de renovación pastoral– que despierte y espabile a todos los cristianos». En la Gran Misión Diocesana están llamados a ser misioneros los agentes de pastoral de las parroquias, catequistas, el Seminario y congregaciones religiosas, movimientos, colegios, universidades, asociaciones de fieles, culturales y voluntarios.
Entre otras convocatorias figura también el Sínodo Diocesano, que convocó el arzobispo en junio de 2019 para abordar los retos de una Iglesia que busca transformar la sociedad con una nueva cultura evangelizadora «con libertad, testigos de la fe y el Evangelio en la vida pública, en todas las esferas de la vida personal y social», según expresó en su homilía. También abrió la fase diocesana del Sínodo Universal convocado por el papa Francisco en octubre de 2021, lo que fue «un día muy grande en comunión con el Papa para la revitalización de la Iglesia».
También, grandes convocatorias han sido lanzadas a favor de la paz en el mundo, cuando han surgido conflictos a nivel internacional, como la guerra en Ucrania, con la invasión rusa. Ante esta tragedia, el cardenal Cañizares presidió en la Basílica de la Virgen, en enero de 2022, una eucaristía con el rezo de una oración por Ucrania y por la Paz sumándose así a la jornada propuesta por el Pontífice. El cardenal pidió por la paz en Ucrania e invitó a los políticos y militares a «abrir las inteligencias y los corazones a la concordia».
Tampoco nos podemos olvidar del Congreso Diocesano de Laicos, celebrado en noviembre de 2021 en el Palacio de Congresos de la capital, para «abrir un camino que ayude a acompañar y dinamizar el apostolado de los laicos en nuestra Diócesis», y el desagravio en octubre de 2016 en homenaje a la Virgen de los Desamparados por la publicación en un cartel de una imagen de la Mare de Déu que, en palabras del cardenal, «hiere profundamente los sentimientos de los católicos valencianos y de todos los hombres y mujeres de buena voluntad».
En este tiempo, el cardenal ha convocado varios encuentros ecuménicos e interreligiosos con representantes de otras religiones -musulmanes, judíos, budistas- y de confesiones cristianas como ortodoxos, evangélicos y luteranos. En todos ellos, un denominador común: rezar por la paz. Precisamente en esos encuentros se forjó su amistad con Riay Tatary, presidente de la Comisión Islámica de España, fallecido en abril de 2020, «un hombre de fe, bueno, un gran amigo y hermano», según palabras del cardenal. También ha potenciado la creación de parroquias personales para comunidades católicas de extranjeros residentes en Valencia: ortodoxos de Oriente Medio, polacos, chinos y africanos.