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'San Juan Diego', de Raúl Berzosa

San Juan Diego y el quinto centenario de la presencia de la Virgen de Guadalupe en México

«¿No estoy yo aquí, que soy tu Madre? ¿No estás bajo mi sombra? ¿No soy yo tu salud? ¿No estás por ventura en mi regazo? ¿Qué más has menester?», le dijo la Virgen de Guadalupe al indio Juan Diego

La Iglesia mexicana ha anunciado para el próximo 12 de diciembre el inicio de la Novena Intercontinental Guadalupana, un «novenario» con el que quiere celebrar el 500 aniversario de la aparición de la Virgen de Guadalupe en México.

Ante este acontecimiento, que se celebrará en 2031, la Iglesia mexicana quiere prepararse no solo con eventos culturales, sino a través de una «profundización» y toma de conciencia de la relevancia de la fecha para el país y el continente americano.

«Para retomar el sentido providencial de la presencia de la Santísima Virgen María de Guadalupe entre nosotros», ha señalado en conferencia de prensa monseñor Salvador Martínez Ávila, rector de la Basílica de Santa María de Guadalupe.

«El próximo 12 de diciembre, una hora antes de la misa de celebración de la Virgen María el papa Francisco va a anunciar desde Roma el inicio de nuestro novenario», ha anunciado el cardenal Carlos Aguiar Retes, arzobispo primado de México.

El arzobispo primado de México, Carlos Aguilar Retes (c), el arzobispo de Monterrey, Rogelio Cabrera López (d), y David Jasso Ramírez.EFE

Los religiosos, que han recordaron que en la Iglesia toda fiesta va precedida de novenarios preparatorios de días, han establecido que en esta ocasión sea de nueve años para preparar adecuadamente la primera aparición de una Virgen María mestiza, como su pueblo.

Vivir la ternura de María

«Queremos replicar la bonita tradición de nuestros pueblos de hacer un novenario de años», ha manifestado Monseñor Rogelio Cabrera López, arzobispo de Monterrey y presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano.

La celebración, a la que estiman se unirá toda la Iglesia americana, estará fundamentada sobre cinco ejes: la formación permanente, la investigación integral, la promoción de la devoción, la difusión masiva del acontecimiento y la producción creativa del acontecimiento.

Por eso, David Jasso, el secretario técnico del Proyecto Global de Pastoral, ha precisado que en próximos días comenzarán algunas actividades, que se irán actualizando a través de la página web del evento.

Imagen original de la Virgen de Guadalupe sobre la tilma de san Juan Diego

El 10 de diciembre se realizará un seminario internacional de Guadalupe para profundizar en este acontecimiento, además de que se presentará el nuevo himno de la novena titulado con la palabras de la Virgen al indio Juan Diego ¿Que no estoy yo aquí que soy tú madre?

Además, el 11 de diciembre se realizará una oración intercontinental y el 12 al mediodía se celebrará la misa solemne y la presentación de la novena.

«México y el mundo entero hoy necesita vivir la fiesta, la fiesta de la vida, la fiesta del amor. Queremos durante estos nueve años ir acercándonos festivamente a celebrar la ternura de María», ha reconocido Cabrera López, al tiempo que recordaba la necesidad actual de acercarse a la Virgen María debido a «tres problemas acentuados: la violencia, el hambre y la enfermedad», ha apuntado.

La guerra y la Virgen de Guadalupe

En la oración pronunciada para consagrar a Rusia y Ucrania al Corazón Inmaculado de la Virgen María, el Papa Francisco recordó de forma especial las palabras de la Virgen de Guadalupe.

El Santo Padre parafraseó las palabras de la señora del Tepeyac al pedir su socorro y su consuelo en esta hora oscura de guerras y conflictos en todo el mundo: «¿acaso no estoy yo aquí, que soy tu Madre?»; frase recopilada en el Nican Mopohua, documento que relata las apariciones de la Virgen de Guadalupe a San Juan Diego Cuauhtlatoatzin en diciembre de 1531.

«No se turbe tu corazón»

El 12 de diciembre, en la última de sus apariciones, ante el temor del indio San Juan Diego por la enfermedad que padecía su tío Juan Bernardino, Santa María de Guadalupe le responde:

«Oye y ten entendido, hijo mío el más pequeño, que es nada lo que te asusta y aflige; no se turbe tu corazón; no temas esa enfermedad, ni otra alguna enfermedad y angustia. ¿No estoy yo aquí, que soy tu Madre? ¿No estás bajo mi sombra? ¿No soy yo tu salud? ¿No estás por ventura en mi regazo? ¿Qué más has menester? No te apene ni te inquiete otra cosa; no te aflija la enfermedad de tu tío, que no morirá ahora de ella: esté seguro de que ya sanó».