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El Pórtico de la Gloria: diseñado por un misterioso Maestro Mateo y restaurado nueve siglos después

Clara González

Actualizada 04:00

El Pórtico de la Gloria es la entrada occidental a la catedral de Santiago de Compostela, el gran templo románico y fue ideado por el Maestro Mateo. En este mismo pórtico, a través de un mensaje en el dintel, se deja constancia de que Mateo dirigió la obra «desde los cimientos». La inscripción está fechada el 1 de abril de 1188. El Maestro es todavía hoy un misterio. Esta es una de las pocas referencias a un personaje que, aunque conocido por su atribución de la construcción tres importantes partes de la catedral para el templo de España, poco más se conoce de él.

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El Pórtico se encuentra entre los tres campos en los que Mateo trabajó y que supusieron el cierre de la catedral por su parte occidental, un templo que llevaba en alzado desde 1075. Bajo la entrada se halla la cripta, también construida por el Maestro y su equipo para salvar el desnivel del terreno. Originalmente, el Pórtico se abría a una fachada exterior, que continuaba el programa iconográfico del conjunto y que fue modificada en el siglo XVI para colocar unas puertas que cerrasen el templo, que hasta entonces estuvo siempre abierto. Fue a mediados del siglo XVIII cuando la fachada románica se sustituyó por una barroca, que es la que se puede ver a día de hoy.

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La escultura del apóstol Santiago del Pórtico de la Gloria, en origen, tenía un gemelo en el altar mayor, otro Santiago el Mayor (hoy muy modificado), que marca longitudinalmente de oeste a este el templo mediante la línea imaginaria trazada entre ambas piezas.

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La iconografía detrás del Pórtico de la Gloria ideado por Mateo es de contenido apocalíptico y salvífico. La Jerusalén Celeste es la idea de toda la composición y viene a completar la historia de la salvación iniciada en las portadas laterales. El Maestro Mateo no daba puntada sin hilo y en realidad el mensaje de la entrada occidental comienza debajo de ella: en la cripta. Allá abajo está representado el mundo terrenal.

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El Pórtico de la Gloria se asienta sobre una serie de animales, reales y fantásticos, y cada uno de ellos tiene su propio significado en el Bestiario medieval: son los símbolos del mal aplastados por la Gloria de Dios. Más arriba, la composición se divide en tres arcos; a la izquierda, el pueblo de Israel, a la derecha, el juicio final, y en el centro: Cristo en Majestad rodeado de los cuatro evangelistas y el grupo de bienaventurados.

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En la parte inferior, el Maestro Mateo colocó unos ángeles con los instrumentos de la Pasión y en la arquivolta- la moldura que decora el arco- una serie de ancianos afina sus instrumentos musicales. Los laterales del Pórtico están decorados con estatuas-columna, a la derecha de los apóstoles y a la izquierda, los profetas. Estos continuaban, en origen, hacia la contrafachada y la ahora desaparecida fachada románica, aunque se conservan distintas piezas.

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El parteluz, la columna que corta en dos la entrada central del Pórtico, está presidido por la escultura del apóstol Santiago en forma sedente, sentado, a su vez coronada por el árbol de Jesé, la representación iconográfica de la genealogía humana de Cristo, y que se completa con la divina en el tímpano central y el capitel de la Trinidad.

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Cada escultura es diferente, tiene sus propios rasgos, e incluso parece que hablen entre ellas. Esta individualización de los rostros y dramatización y complicidad entre los personajes del Maestro Mateo es un hito en la historia del arte, puesto que fue la primera vez que algo así se llevaba a la piedra.

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Nueve siglos después de su construcción, se inició su proceso de restauración, el primero que se acometía. Entre 2008 y 2018, se han llevado a cabo los trabajos que han recuperado la policromía, la pintura que después de tantos siglos había quedado enterrada bajo el polvo y la suciedad. Pero primero se estudiaron las causas del deterioro de la obra de Mateo y se determinó cuál era su estado de conservación. A parte de los colores, la otra intervención principal de la restauración fue corregir la filtración de humedades a través de la piedra y la condensación.

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El Pórtico de la Gloria tras su restauración nos acerca un paso más a lo que pudo dejar hecho en su día el Maestro Mateo. Se aprecian ahora hasta tres capas de pintura completa y otros repintes parciales, que van desde los colores originales aplicados por el maestro y su equipo hasta el barroco. Para poder conservar en mayor medida su estado y evitar el futuro deterioro, se mantienen en este espacio de la catedral unas condiciones específicas de humedad y temperatura y hace necesario que desde 2018 se haya tenido que limitar la afluencia de peregrinos que pasan a saludar a Santiago por el Pórtico de la Gloria.

El Pórtico de la Gloria tras su restauración / Programa Catedral Fundacion Barrie y Fundacion Catedral