Sin su figura sería imposible explicar el Cisma de Occidente, por el que se le terminó considerando un hereje, pero tampoco se podría entender la historia de la iglesia. La muestra, que permanecerá abierta hasta el 2 de julio, está compuesta por 36 obras, entre las que hay retablos, documentación escrita, orfebrería, bulas papales, esculturas de piedra y madera, obra gráfica y el propio cráneo del Papa Luna.