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Iglesia del Santo Sepulcro en JerusalénGTRES

No cesan los actos de violencia que estremecen a los cristianos en Israel

«No temáis... no temáis» son las palabras más repetidas por los líderes de las iglesias cristianas de Tierra Santa ante el preocupante aumento de actos de violencia contra los miembros de sus comunidades

Dramático mensaje de los patriarcas y líderes de las iglesias cristianas de Tierra Santa, ante el aumento de los ataques contra una minoría que se siente cada vez más abandonada por las autoridades.

«No temáis... no temáis». Estas son las palabras más repetidas por los líderes de las iglesias cristianas de Tierra Santa en el mensaje conjunto, que han emitido con motivo de esta Pascua, ante el preocupante aumento de actos de violencia contra los miembros de sus comunidades.

«Como todos hemos visto en los últimos meses, la escalada de violencia ha asolado Tierra Santa. Los cristianos locales, en particular, han sufrido cada vez más adversidades», constatan los patriarcas y representantes cristianos.

Firman el mensaje trece líderes cristianos, entre ellos, el patriarca latino (católico) de Jerusalén, el custodio de Tierra Santa, el patriarca ortodoxo griego, el armenio, el copto, el etíope ortodoxo, el melquita, el exarca maronita, así como al obispo episcopaliano y el evangélico.

«Durante el último año, algunas de nuestras iglesias, procesiones funerarias y lugares de reunión pública se han convertido en blanco de ataques», reconocen los líderes religiosos en su dramática declaración de Pascua.

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Santos lugares profanados

«Algunos de nuestros santos lugares y cementerios han sido profanados –denuncian–; y algunas de nuestras antiguas liturgias, como la procesión del Domingo de Ramos y la Ceremonia del Fuego Sagrado, han sido cerradas a miles de fieles».

En el mensaje, publicado en vísperas de esta Semana Santa, los patriarcas y obispos reconocen que estos ataques han tenido lugar, «a pesar de nuestros acuerdos por cooperar con las autoridades y de atender cualquier petición razonable que pudieran presentarnos».

«Aunque perseveraremos en estos esfuerzos de buena fe, pedimos a los funcionarios encargados de la seguridad que cooperen y colaboren con nosotros, al tiempo que hacemos un llamamiento a la comunidad internacional y a los residentes locales de buena voluntad para que aboguen en nuestro favor, con el fin de ayudar a garantizar la seguridad, el acceso y la libertad religiosa de la comunidad cristiana residente y de los millones de peregrinos cristianos que visitan Tierra Santa anualmente», concluyen los líderes cristianos.

Hace un siglo, los cristianos constituían una cuarta parte de la población de Jerusalén; hoy, son menos del 2 % y siguen disminuyendo.

Aumento de los ataques

Los actos de violencia y vandalismo de los últimos meses se han convertido en una letanía dolorosa.

En noviembre, dos soldados de la Brigada Givati de las Fuerzas de Defensa de Israel fueron detenidos tras escupir al arzobispo armenio y a los peregrinos que le acompañaban en una procesión por Jerusalén.

A principios de enero, dos extremistas judíos profanaron tumbas en el cementerio cristiano del Monte Sión.

A la semana siguiente, el centro comunitario maronita de la ciudad septentrional de Ma'alot–Tarshiha fue objeto de vandalismo.

Poco después, los edificios de la comunidad armenia de Jerusalén se transformaron en blanco de vándalos, que pintaron frases en las que se podía leer: «muerte a los cristianos», «muerte a los árabes y a los gentiles», «muerte a los armenios».

Un jueves por la noche, a finales de enero, una banda de adolescentes judíos arrojó sillas contra un restaurante armenio situado en la Puerta Nueva de la ciudad.

El 2 de febrero, un judío estadounidense profanó la estatua de Jesús en el Santuario de la Flagelación, provocando auténtica conmoción entre la comunidad católica de Jerusalén. En los vídeos que circulan por Internet, se puede escuchar al vándalo decir a voz en grito: «no puede haber ídolos en Jerusalén, Ciudad Santa».

El 16 de marzo, la escuela en la que conviven alumnos cristianos y musulmanes y el convento de las Hermanas Franciscanas de Nazaret, a un centenar de kilómetros al norte de Jerusalén, fueron ametrallados por dos individuos en moto.

El 19 de marzo, dos hombres atacaron con barras de hierro a los sacerdotes que celebraban la liturgia dominical en la Tumba de la Virgen María, una de las iglesias más queridas por los cristianos ortodoxos, situada ante la Iglesia de Getsemaní, en Jerusalén.

El 28 de marzo, dos jóvenes judíos religiosos escupieron a un sacerdote discapacitado que salía del monasterio ortodoxo griego. La policía detuvo a los agresores, pero pronto quedaron en libertad.

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Garantizar la seguridad

«No es casualidad que la legitimación de la discriminación y la violencia en la opinión pública y en el actual escenario político israelí se traduzca también en actos de odio y violencia contra la comunidad cristiana», ha constatado en días pasados en un comunicado el fraile Francesco Patton, custodio de Tierra Santa.

«Esperamos y exigimos que el gobierno y las fuerzas de seguridad israelíes actúen con decisión para garantizar la seguridad de todas las comunidades, asegurar la protección de las minorías religiosas y erradicar el fanatismo religioso y estos graves fenómenos de intolerancia, estos delitos de odio y los actos de vandalismo dirigidos contra los cristianos en Israel», añade el representante franciscano.

Reacción oficial

Algunos analistas atribuyen la falta de reacción de la policía a la actual influencia de personajes controvertidos en la actual coalición gubernamental, en particular el ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben-Gvir.

Sin embargo, el gobierno de Israel transmite un mensaje de escucha: «Estamos muy atentos», ha reconocido Tania Berg-Rafaeli, directora del Departamento de Religiones del Ministerio de Asuntos Exteriores. «Estos ataques no son representativos de la sociedad israelí».

«El Ministerio del Interior, a través del Departamento de Comunidades Religiosas, trabaja continuamente para garantizar libertad religiosa y de culto, y proteger el estatuto y los Santos Lugares, y está presente en todo momento para ayudar y asistir en todo lo posible, y espera que los incidentes violentos cesen inmediatamente», ha declarado el portavoz del ministerio en un comunicado.