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Quizás no sepas que puedes contar con una madre espiritual muy especial.Cathopic

Las tres maneras de tener una madre espiritual para cambiarte la vida

¿Te has sentido alguna vez solo, desorientado, necesitado de consejo o de consuelo? ¿Has buscado alguien que te escuche, que te comprenda, que te ayude a crecer como persona y como cristiano? Puedes tener una madre espiritual y no lo sabías

Nos acercamos al día de la madre, que este año cae el 7 de mayo. Una oportunidad única para poder contar con una «madre espiritual». Descubre cómo puede cambiar tu vida.

¿Te has sentido alguna vez solo, desorientado, necesitado de consejo o de consuelo? ¿Has buscado alguien que te escuche, que te comprenda, que te ayude a crecer como persona y como cristiano? ¿Has deseado tener una madre espiritual que te acompañe en tu camino hacia Dios?

Si tu respuesta es sí, quizás no sepas que puedes contar con una madre espiritual muy especial: una religiosa. Una religiosa es una mujer que ha consagrado su vida a Dios y a los demás mediante los votos de pobreza, castidad y obediencia. Una religiosa es una esposa de Cristo. Una religiosa es también una madre espiritual para todos los que se acercan a ella.

Cómo tener una madre espiritual

Una religiosa puede ser tu madre espiritual por su oración. Una religiosa, en particular si es de clausura, dedica gran parte de su tiempo a la oración personal y comunitaria, en la que eleva su corazón a Dios y le presenta las necesidades de sus hijos e hijas espirituales. Su oración es una fuerza que sostiene, protege y bendice a todos los que se encomiendan a ella. Su oración es también una escuela donde te enseña a dialogar con Dios y a escuchar su voz.

Una religiosa puede ser tu madre espiritual por su consejo. Una religiosa tiene una sabiduría que viene de su experiencia de Dios y de su conocimiento de la doctrina de la Iglesia. Ella puede orientarte en tus dudas, iluminarte en tus decisiones, corregirte en tus errores y animarte en tus dificultades. Ella puede ayudarte a discernir la voluntad de Dios para tu vida y a seguir sus inspiraciones.

Una religiosa puede ser tu madre espiritual por su testimonio. Una religiosa es un signo visible del amor de Dios y de su llamada a la santidad. Ella te muestra con su vida cómo vivir el Evangelio, cómo practicar las virtudes, cómo imitar a Cristo y a María. Ella te contagia con su alegría, su paz, su generosidad y su entrega. Y si tiene límites evidentes, te enseña la verdadera lección de la vida: aceptar nuestros propios límites y ponerlos en manos de Dios para que Él supla.

En pocas palabras, si tú pides a una religiosa ser tu madre espiritual, te llevará en su corazón y oración como a un hijo o una hija. De este modo, ella se convierte en un don para ti y tú en un don para ella.

Adónde recurrir

En estos días de preparación al día de las madres, podrías hacer que tu vida cambie de manera muy concreta pidiendo a una religiosa católica que sea tu madre espiritual.

Si no conoces a una monja o consagrada a Dios para hacerle esta petición, puedes preguntar en la parroquia o en la diócesis y seguramente podrán sugerirte nombres. Si lo prefieres, puedes acudir directamente a algún convento, monasterio o comunidad religiosa que te inspire confianza.

Cuando hables con ella, podrás pedirle que rece por ti. Es quizá lo más básico, pero puede cambiar tu vida, pues ya no te sentirás solo. Pero, además, podrás pedirle que te dé consejos cuando los necesites y te acompañe en tu camino de fe. Podrás compartir con ella tus alegrías y tus penas, tus logros y tus fracasos, tus sueños y tus proyectos. Con ella te sentirás alentado a seguir a Jesús, amando a Dios con todo tu corazón y al prójimo, como a ti mismo.