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¿En qué partes de la Biblia se menciona la Eucaristía?

Luis Sánchez Navarro, profesor de la Universidad San Dámaso, muestra los signos con los que la Escritura anticipa la institución de la Eucaristía por parte del Señor

Cuando se profundiza en la sagrada Escritura, se puede descubrir que la Eucaristía recorre toda la historia de salvación. El mismo Antiguo Testamento habla de un «maná» que es Dios mismo; que tiene a Dios dentro como alimento para el pueblo elegido.

En Éxodo 16,32, Moisés dijo: «Esto es lo que el Señor ha mandado: `Que se guarde un gomer lleno de maná para vuestras generaciones, para que vean el pan que yo os di de comer en el desierto cuando os saqué de la tierra de Egipto'. Entonces dijo Moisés a Aarón: Toma una vasija y pon en ella un gomer lleno de maná, y colócalo delante del Señor a fin de guardarlo para vuestras generaciones. Tal como el Señor ordenó a Moisés, así lo colocó Aarón delante del Testimonio para que fuera guardado. Y los hijos de Israel comieron el maná cuarenta años, hasta que llegaron a tierra habitada; comieron el maná hasta que llegaron a los límites de la tierra de Canaán»

Por eso, cuando aparecen los signos y milagros de Jesús en el evangelio, por ejemplo la multiplicación de los panes, el mismo Jesús está anticipando la institución de la Eucaristía que se da en la última cena con sus discípulos.

En Mt 26,17-30 se relata este gesto de Jesús: «Mientras comían, Jesús tomó pan, y habiéndolo bendecido, lo partió, y dándoselo a los discípulos, dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo. Y tomando una copa, y habiendo dado gracias, se la dio, diciendo: Bebed todos de ella; porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que es derramada por muchos para el perdón de los pecados. Y os digo que desde ahora no beberé más de este fruto de la vid, hasta aquel día cuando lo beba nuevo con vosotros en el reino de mi Padre».

La celebración de la Eucaristía es el centro mismo de la fe, ya que es el alimento que Dios mismo ofrece a sus hijos. Y la Iglesia, los evangelios y toda la historia de la salvación, solo se comprenden desde este deseo de Dios de darse a sí mismo como alimento para el camino.