Los luteranos prefieren el sermón de una máquina al de su pastor: ¿podrá la IA sustituir a los sacerdotes?
ChatGPT ha dirigido el culto dominical en una parroquia luterana alemana, un proyecto ideado por el teólogo vienés Jonas Simmerlein
En la ciudad alemana de Fuerth, ChatGPT ha dirigido el culto dominical en lugar del párroco. El software basado en inteligencia artificial, capaz de crear texto o imágenes como los seres humanos, conversó con los fieles a través de una gran pantalla, instalada sobre el altar. Desde allí, el avatar de un hombre barbudo instó a los más de 400 fieles reunidos en la iglesia luterana de San Pablo a ponerse en pie y rezar.
El acto atrajo a más de 400 personas, entre curiosos y creyentes, y duró unos cuarenta minutos. El servicio comenzó con el tradicional: «En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén», seguido de un inusual «Alexa, comienza el servicio».
El teólogo vienés Jonas Simmerlein fue quien ideó este experimento. Utilizó datos de todo el planeta y los combinó con el programa ChatGPT para «producir» el material de la misa y la homilía.
Quienes asistieron a esta celebración notaron mucha frialdad y poca empatía entre el pastor virtual y el público. Quienes la organizaron la justificaron diciendo que se trataba de un «primer acercamiento», pero, ¿tiene fundamento la posibilidad de que una inteligencia artificial sustituya al sacerdote en el futuro?
No me preocupa que se experimente con la IA, ni me escandaliza que se utilice para intentar dar sermonesCoordinador de la Academia Pontificia para la Vida
Se lo preguntamos a Andrea Ciucci, coordinador de la Academia Pontificia para la Vida y autor de numerosos libros sobre la IA. El presbítero participa en varios proyectos de la prestigiosa academia, que ha asumido para el Vaticano el papel de institución líder en los estudios sobre IA.
«La noticia de la celebración explotando ChatGPT no me sorprende –afirma Ciucci–. La gente corriente ha descubierto la inteligencia artificial generativa con este software. Así que el tema se ha hecho 'público', mientras que antes estaba reservado a los expertos en la materia. No me preocupa que se experimente con la IA generativa a todos los niveles, ni me escandaliza que se utilice para intentar dar sermones».
El coordinador de la Academia Pontificia para la Vida señala que ya antes del anuncio de la Iglesia luterana, un sacerdote húngaro había experimentado una homilía con ChatGPT. Según él, el resultado había sido satisfactorio porque los fieles no lo habían notado. «Creo que la cuestión debería plantearse de otro modo», continúa Ciucci, «si los fieles no notaron la diferencia, debemos preguntarnos a qué tipo de homilía han estado acostumbrados. Precisa, fría, poco empática».
Un sermón no funciona «si sólo sabe explicar bien un concepto. La experiencia de la fe no puede reducirse únicamente al conocimiento, que podría desarrollarse, eso sí, con inteligencia artificial. Se trata de una forma nueva e hipertecnológica de una de las tentaciones que siempre ha tenido el cristianismo: la reducción intelectualista». Lo digital, según el coordinador de la Academia Pontificia, «exige e impone a las Iglesias dos grandes desafíos. El primero, en negativo, es el de la carne. Lo digital no tiene carne. En cambio, el cristianismo es una cuestión de carne y de cuerpos. La Iglesia es el cuerpo de Cristo. La homilía sirve a la edificación del cuerpo de Cristo; un cuerpo que corre el riesgo de desvanecerse en la experiencia de lo digital».