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Rafic Nahra

Entrevista con Rafic Nahra, obispo de Nazaret

El obispo de Nazaret: «La Iglesia está pidiendo a Israel que intervenga»

Rafic Nahra advierte que la violencia puede llegar a ciudades mixtas de Israel

De origen franco-libanés y residente en Israel desde 2004, monseñor Rafic Nahra fue ordenado obispo de Nazaret en la primavera de 2022, a donde llegó un año antes. Cuenta con un máster en Pensamiento Judío por la Universidad Hebrea de Jerusalén, un doctorado en literatura judeo-árabe, y previamente se desempeñó como coordinador pastoral de migrantes de la diócesis latina de Jerusalén y vicario patriarcal para los católicos en lengua hebrea.

Su visión del aumento de la criminalidad en el sector árabe de Israel es la de un clérigo pragmático que ha visto gestarse el fenómeno desde hace décadas, y de absoluto respeto a las religiones mayoritarias en Tierra Santa. En entrevista con El Debate alerta que la criminalidad en las ciudades árabes de Israel puede llegar al resto del país si no se pone freno al fenómeno y advierte del repunte del hostigamiento anticristiano por grupos extremistas judíos.

–Las ciudades árabes de Israel han experimentado un aumento de la criminalidad inusitado que supera los 100 muertos en lo que va de año, ¿Cómo se ha llegado a eso?

–No es un fenómeno nuevo. La violencia lleva años creciendo en Israel, pero ahora realmente hay un pico y todo el mundo está muy preocupado porque ya van más de un centenar de fallecidos, disparados o asesinados por varias razones. En algunos casos, son producto de venganzas entre familias criminales rivales que provocan víctimas colaterales inocentes.

Es un fenómeno realmente grave y uno de los problemas que vemos es que la mayoría de los crímenes no son investigados. Hay impunidad, en torno al 10 % de los crímenes son investigados aproximadamente.

–¿Cómo están viviendo los feligreses cristianos este fenómeno?

–Es una violencia que afecta a la sociedad árabe, no es una cuestión que involucre sólo al cristiano o al musulmán. Todo el mundo está tocado por esto. Muchos musulmanes son asesinados, pero también cristianos, drusos, e incluso población judía de Israel. Si esta violencia sigue desarrollándose sin freno en la sociedad árabe también llegará a las ciudades mixtas.

La muerte de cinco personas en Jaffa de Nazaret puso el foco en esta tendencia y provocó una reacción muy seria por parte del Gobierno de Israel. La población en general está asustada, entre ella los cristianos, tienen temor a salir de sus casas, a caminar por la calle, se preguntan «¿dónde está el Estado?».

Es verdad que no hay suficientes policías e incluso algunos de ellos, probablemente, tienen temor de enfrentarse a este tipo de mafias.

El conflicto político entre Israel y Palestina, y también entre árabes y judíos durante años despertó en el pasado el sentimiento entre la población árabe de sospecha, de no querer la intervención ni estar sometida al escrutinio de la Policía israelí. Pero honestamente, hoy esto se ha acabado, este no puede ser el argumento... Ahora la situación es tal que todo el mundo asegura (a los efectivos israelíes) sois bienvenidos, pero realmente haced vuestro trabajo.

Este tipo de violencia es como una enfermedadRafic NahraObispo de Nazaret

–Recientemente los Ordinarios Católicos de Tierra Santa han pedido a Israel que tome medidas urgentes. Como hombre de la Iglesia, ¿qué puede hacer esta?

–La Iglesia está pidiendo a Israel que intervenga, porque al igual que los Ayuntamientos, no tiene los medios para hacer frente a esta situación. Por el momento, el Gobierno afirma que quiere proteger a la población y espero que realmente lo haga por el bien de Israel, por el bien de la sociedad en general, judía y árabe, es su interés cesar la violencia, pero temo que sea demasiado tarde, a no ser que el Gobierno decida realmente elaborar un plan de emergencia.

Este tipo de violencia es como una enfermedad, cuando el cuerpo está enfermo lo está en su totalidad, no puedes imaginar una parte enferma y el resto sano.

–Muchas familias en ciudades árabes se están pensando seriamente marcharse a ciudades mixtas o al extranjero. ¿Considera que esta violencia puede afectar a la pequeña comunidad cristiana en Tierra Santa?

–Por supuesto, en los últimos años ha habido traslados de personas de algunas ciudades árabes a ciudades mixtas, porque tienen mejores condiciones como Haifa o Nof Hagalil, cerca de Nazaret. Muchos árabes cristianos y musulmanes, especialmente gente joven, se mudan también por una cuestión de buscar protección.

Estamos escuchando que hay gente que está adquiriendo y preparando casas para que vivan sus hijos en el extranjero porque se sienten inseguros con el actual Gobierno, y esto es nuevo.

También existe una iniciativa legislativa para facilitar el establecimiento de ciudades separadas sólo para judíos o sólo para árabes. Esto lleva a poblaciones separadas, como si los árabes fueran una población peligrosa.

El hecho es que se trata de una población abandonada y cuando esto es así la criminalidad se expande. No es la solución separar y tener ciudades judías y palestinas, la gente tiene que vivir junta y eso tendría que ser el éxito de Israel también.

¿Puede hablarnos sobre los factores del reciente aumento del crimen?

–De seguro el desempleo en ciertos entornos es una razón. También que en algunas ciudades no hay ley ni orden y la gente está acostumbrada a hacer lo que quiere. Por otra parte, se está desarrollando una nueva cultura alejada de la cultura tradicional árabe, de respeto a los mayores y a los padres, signo de que hay algo que no va bien. Todo esto se suma al deterioro de la educación en todas partes y a que los jóvenes no tienen un horizonte de futuro».

Debo señalar la cuestión de los estereotipos. Los hay en ambas partes, entre los árabes hacia los judíos y de los judíos sobre los árabes. Tenemos que empezar por nosotros mismos para superar los estereotipos y poder cambiar las cosas. Para muchos israelíes, los palestinos o árabes, a veces, son sinónimo de terroristas, criminales, más en Jerusalén que en la Galilea.

Mientras el problema palestino-israelí no se resuelva estos estereotipos aumentarán. Esperamos que algún día se encuentre una solución real porque si no es como intentar sanar una herida sin matar al virus.

–Oenegés aseguran que el recrudecimiento del crimen es paralelo al desempeño del actual Gobierno, que asumió hace seis meses, ¿Ve alguna relación?

–No quiero entrar en análisis políticos sobre un período tan corto, pero de lo que quiero hablar es del acoso que se viene manifestando contra los cristianos.

Antes de 2020 cuando vivía en Jerusalén siempre decía que había libertad de conciencia, de culto, que no había persecución, aunque algunas veces se producían sucesos como, por ejemplo, se escupía a personas que portaban una cruz. Se trataba de extremistas judíos. Sucedía, lo sabíamos y lidiábamos con ello.

Pero este año realmente ha habido un incremento de los actos de acoso, como vandalismo en el cementerio anglicano de Jerusalén, el ataque a una iglesia maronita del norte, altercados provocados por un grupo de jóvenes nacionalistas (judíos) en un restaurante armenio en la Puerta Nueva (de la ciudad santa), actos de violencia en el Convento de la Flagelación, en la tumba de la Virgen María en Getsemaní, etc. A esto no estamos acostumbrados.

Con todo, seamos claros, no creo que haya una persecución organizada por parte del Gobierno israelí o que el Gobierno israelí esté actuando en contra de los cristianos. Lo que creo es que muchos extremistas se sienten seguros y envalentonados de que pueden actuar con impunidad y por eso actúan. No hay una reacción seria por parte del Gobierno y esto es problemático.