El regalo del día es la presencia de Cristo entre nosotros

El hombre es un ser social, esto lo sabemos todos y lo experimentamos todos, pero el joven es todavía más social. No soy ningún experto, pero creo que tiene que ver un poco con la necesidad de saberse en el mundo, de sentirse parte de un mundo. La necesidad de relacionarse del hombre se vio marcada en la pandemia, cuando teníamos que asistir a tediosas fiestas de zoom, fiestas de cintura para arriba. Con la normalidad hemos ido desvirtualizando cosas, pero creo que a los jóvenes les está costando más que a los mayores.

Personas reales

Hoy hemos vivido la Eucaristía de bienvenida en la JMJ, el Cardenal Manuel Clemente nos recordó en la homilía que este no es un evento virtual. Que es un evento real. En la JMJ estamos todos de carne y hueso, estamos asistiendo a la fiesta de la presencialidad.

Estoy seguro de que llegar a la JMJ no fue fácil para ninguno, porque a nadie le regalaron el billete, todos han tenido que esforzarse para llegar a esa colina del encuentro y poder abrazar a la gente en la paz, la JMJ es la fiesta de la juventud que se abraza.

El regalo del día

Hoy durante este día me he encontrado con muchísimas personas, con amigos de mi juventud–adolescencia, con amigos de mis primeros años en España, con amigos del trabajo, con nuevos amigos. También he tenido el regalo de confesar en el parque de la reconciliación y que regalo del Señor poder acompañar a tantos jóvenes, escuchar sus inquietudes, en ese parque del perdón se respiraba el amor de Dios.

El regalo del día es esta presencia, no solo de los jóvenes, sino la presencia de Cristo entre nosotros, de un Dios que se hace pan para que vivamos la vida al centro de Él, para que podamos comer su pan, para que podamos ser parte de su cuerpo, como regalo de vida para el mundo. Mi corazón da gracias por todo lo que ha podido ver y oír, sobre todo por todos los abrazos que pudo dar y recibir.