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El Debate, en la JMJ

Silencio, lágrimas y aplausos en la vigilia con el Papa: «La alegría es misionera»

El sonido de la notificación del móvil y un teclado respondiendo a un mensaje han abierto la vigilia de la noche del sábado 5 de agosto. Mientras sonaba un tono de llamada, el grupo de bailarines, todos vestidos de azul cobalto, han salido al escenario y han comenzado su interpretación, que ha mezclado el ballet con la música urbana.

Quince minutos antes de comenzar, el Papa Francisco ha entrado en el recinto. Un papamóvil a velocidad más alta de lo habitual ha recorrido las calles que se han dejado libres para ello. Aún así, los peregrinos que se encontraban cerca de las zonas de paso, las más cercanas al escenario, han corrido hasta las vallas para poder verle pasar y saludarle. Y hora y media antes, a las 18h, llegaban al Campo de Gracia (parte Tejo Trancao), los símbolos de la JMJ, la cruz peregrina y el icono de la Virgen Salus Populi Romani, Lo hacían en barco por el Tajo. Al altar han llegado portados por jóvenes, algunas de ellas vestidas con el traje popular portugués.

Los símbolos de la JMJ llegan en barco por el TajoEFE

Después de la primera actuación, los bailarines han subido a saludar al Papa Francisco. Uno a uno han ido pasando ante él, inclinando la cabeza, mientras le Pontífice les aplaudía sonriendo. El emotivo acto ha intercalado dos testimonios, de un joven que encontró su vocación y de una mozambiqueña cuyo poblado fue atacado repetidas veces por terroristas pero no perdieron la fe; con mensajes en las pantallas (“pon tu mano en el hombro de alguien) y drones en el cielo que han dibujado las palabras ‘levántate’ y ‘sígueme’.

Llegado el momento de las palabras del Papa Francisco se ha puesto las fadas para leer su discurso, pero como ya va siendo habitual en esta Jornada Mundial de la Juventud, ha sido improvisado. Después de dar las buenas noches y las gracias a todos los presentes, se ha dirigido a los jóvenes para decirles que, al igual que ellos, «María también tuvo que viajar para ver a su prima», pero ¿por qué lo hizo, si nadie se lo pidió?, ha preguntado el Santo Padre a los presentes.

El escenario preparado para los actos centrales de la JMJ 2023 en el parque Tejo, bautizado como Campo de GraciaJorge Ruiz

«María realizó un gesto no pedido, no obligatorio, porque María ama, y el que ama, corre, vuela y se alegra», ha explicado. Y esta alegría «no es para uno, es para llevar al otro». El obispo de Roma ha preguntado a los presentes si se van a quedar lo que han vivido estos días en Lisboa para sí mismos o si lo van a compartir cuando vuelvan a sus hogares. Todos han respondido que no al unísono, a lo que Francisco ha añadido que «la alegría es misionera».

Pero esta alegría, según Francisco, no está en la biblioteca, sino que «hay que buscarla, en nuestro diálogo con los demás, en dar nuestras raíces de alegría», ha explicado. Esto puede provocar cansancio. «¿Ustedes se cansan?», ha preguntado a los jóvenes, que han respondido de manera informativa. «Cuando uno está cansada -ha continuado- no tiene ganas de hacer nada, se abandona, deja de caminar y cae». ¿Está perdido quien se cae, quien comete errores?, les ha instado a responder el Santo Padre, y ¿qué hay que hacer en estas situaciones? «Levantarle», se ha escuchado al unísono en el Campo de Gracia. «Este es el único momento en que es lícito mirar al otro de arriba abajo, para ayudarle a levantar», ha instado Francisco.

El Papa deja el escenario tras la vigilia de oraciónEFE

En la vida, hace falta mucho entrenamiento, ha recordado el Pontífice y ha mencionado un dicho que tienen los alpinistas: «En la montaña, lo importante no es no caer, sino no permanecer caído». A ello ha animado a los jóvenes, a caminar hacia delante con Jesús y sin miedo.

Un gran aplauso ha llenado el parque tras sus palabras. El Papa se ha ubicado a la derecha del altar para dejar el centro al Santísimo expuesto para la oración. La fadista Carminho ha sido la encargada de poner banda sonora al momento de silencio que ha seguido a las lecturas de varias reflexiones de los jóvenes. No se escuchaba otra cosa en el campo de gracia que el eco de los altavoces y el viento soplando. El ambiente ha sido en todo momento de oración y recogimiento, aunque cuando los bailarines se han puesto en pie, se han repartido de nuevo por el escenario y han comenzado a despedir con la mano a Francisco. Así han puesto punto y final a la vigilia. El Papa ha salido del escenario y del recinto por la puerta lateral, sin paseo de salida y mañana regresará a las nueve de la mañana para la misa final, donde los jóvenes seguirán esperándole, tras haber pasado toda la noche en el Campo de Gracia.